Jorge Blass nos cuenta cómo ha sido su conquista de Hollywood y recuerda cuando cenó con la familia Grimaldi

Hablamos con el mago tras convertirse en el primer español en conseguir el llamado Oscar de la magia

Por Lucía Fernández

La magia española ha conquistado Hollywood y lo ha hecho gracias al talento de Jorge Blass, al que la Academia de las Artes Mágicas le ha concedido el premio al mejor mago de escena. Es la primera vez que un español consigue este reconocimiento mundial y para celebrarlo se ha rodeado de amigos de todos los ámbitos. Almudena Cid, Lorena van Heerde, Nieves Herrero o Carlos Baute, que reconoció que él mismo ha hecho sus pinitos en la magia hace unos años, han arropado a un artista que les ha dejado con al boca abierta en más de una ocasión. También ha estado su gran maestro, Juan Tamariz que, emocionado, ha reconocido que es la primera vez que posa en un photocall. La ocasión lo merecía ya que uno de sus discípulos acaba de alcanzar el olimpo de los magos y aún no se lo cree. 

Jorge Blass nos cuenta cómo se encuentra tras lograr este hito que no ha olvidado dedicárselo a "la familia que me aguanta". Se refiere a su mujer y a su hijo Máximo, de 12 años, que ya sabe lo que es pisar un escenario, aunque, según su padre, parece que sus intereses van por otro camino. Este logro es inconmensurable, pero recordamos también otros reconocimientos como el que le llevó a cenar con la familia Grimaldi cuando tenía tan solo 19 años. A menudo en el mundo de la magia, lo más mágico se encuentra en momentos inesperados como el que vivió con una impresionadísima reina Letizia y que recuerda con nosotros.

Enhorabuena por este premio al mejor mago de escena, que es el llamado Oscar de la Magia, ¿qué siginifica para tí este reconocimiento?

Pues lo primero mucho, mucho honor recibirlo de parte de la Academia de las Artes Mágicas de Hollywood, que es como una institución que lleva varias décadas haciendo este premio y que nunca se lo habían entregado a un mago español, porque en Estados Unidos hay mucha tradición de magia de escena, mientras que en España somos más de magia de cartas. O sea que es un hito  recibir el premio porque premien a alguien de fuera de Estados Unidos de magia de escena es una maravilla.

Yo creo que los premios en las artes al final no es una carrera en la que que alguien ha llegado primero. Es un reconocimiento subjetivo, claro. Son los directores de la junta directiva de la academia que han considerado esto, pero supone un empuje para seguir creando, para seguir investigando y para seguir sorprendiendo al público con nuevos shows, ¿no? Al final esto es imaginar algo nuevo, trabajar mucho en ello y que acabe siendo un espectáculo que fascine al público y que pueda dejarles alucinados de escena.

¿Qué es lo que caracteriza a la magia de escena por la que te han premiado?

La magia de escena es la que se desarrolla en teatro ante un gran número de público. Y la magia de cercas es la que hecha a corta distancia y España en concreto, es la más reconocida del mundo por la magia con cartas.

Ganar el Oscar de la Magia imagino que es lo más alto a lo que puede aspirar un mago. Una vez conseguido esto, ¿qué retos te quedan por delante?

Desde luego es un puntazo y yo de niño jamás me hubiera imaginado que me iban a dar este premio, pero queda mucho por hacer. Yo creo que esto es un incentivo a continuar, pero no ha sido nunca ni un objetivo, ni ni me lo tomo como un fin o un culmen. No, para nada. Esto es un paso más y hay que continuar. En cada uno de los shows que hacemos, en los nuevos que están por crear, que estamos trabajando en ello, hay que poner toda la carne en el asador. Al final esto no se acaba nunca de aprender. Yo creo que en la magia tienes que tener la mentalidad de aprendiz continuo, de humildad y de seguir desarrollando lo que te gusta con, con pasión y con y con toda la ilusión del mundo, ¿no?

¿A quién se lo has dedicado?

Pues mira, en el discurso de aceptación del viernes pasado, ahí en Los Ángeles, lo que dije fue que por supuesto, al equipo que está en las giras, que pasan mucho tiempo fuera de casa, a la familia que me aguanta, que mi mujer y mi hijo de 12 años me ven muy poco, mucho menos de lo que deberían y son los damnificados de esta esta carrera que he elegido. Pero también se lo dediqué a la ciudad de Madrid, porque la ciudad de Madrid, yo creo es la mejor ciudad donde crecer. Siendo un adolescente que te apasiona la magia es donde están los mejores maestros, la gente más brillante en magia y he tenido la suerte de estar cerca de ellos en mi desarrollo. Y luego, sobre todo, también se lo dediqué -que esto les emociona mucho- a la magia, porque la magia es un arte que te regala muchos momentos, muchas emociones y yo creo que nos aprovechamos de lo grande que es la magia y yo creo que este premio yo se lo debo a la magia, al arte que desde niño me fascinó y que he ido aprendiendo, sigo aprendiendo y me ha dado muchísimas alegrías. Es una profesión que es un sueño.

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Mencionabas antes a tu hijo al que le hemos visto ya actuar contigo. ¿Quiere seguir tus pasos?

Pues fíjate, le gusta mucho el fútbol. O sea, me ha salido futbolista, nada que ver. Y yo no tengo ni idea de fútbol, osea que el karma ha actuado con con toda su fuerza, pero. Pero bueno, le gusta venir a ver los shows y le gusta estar en la parte de atrás, en la trastienda, le gusta investigar todo y ver cómo ayudarnos en esa parte.

El mago Jorge Blass nos presenta a su mejor ayudante: ¡su hijo Max!

De alguna forma u otra tiene madera, ¿no?

Madera de, tal vez, regidor mágico de alguna cosa de la escena.

¿A qué edad empezaste en el mundo de la magia?, ¿cómo te picó el gusanillo?

A su edad más o menos, a los 12 años fue cuando yo empecé más en serio, con unos fascículos que coleccionaba en los quioscos de Tamariz. Y eso es lo que a mí me empujó a aprender y me cautivó desde el inicio, sí.

Y pocos años más tarde ya comenzaste a coleccionar los premios porque en 1999 recibiste un premio de Rainiero de Mónaco. ¿Cómo recuerdas ese momento?

Pues eso fue un cuento. Un cuento de hadas porque yo fui con 19 años a Mónaco. Me invitaron para participar en mis primeras salidas fuera de España y había una gala con un montón de magos de todo el mundo. Iban a elegir a uno para darle la varita de oro y yo estuve cuatro o cinco días actuando allí. Jamás pensé que podría aspirar a ello. Y el último día, cuando dijeron el premio gordo que es la varita de oro para Jorge Blass, yo me quedé alucinado. Con 19 años me dijeron: vas a cenar esta noche con el príncipe Rainiero. Allí con su con su familia. Fue como un cuento de hadas y Rainiero fue muy amable. Me habló en español, me dijo: 'Enhorabuena, muchacho, Felicidades'. Pensé: 'Qué bien habla este hombre'.

¿Y conociste al resto de la familia Grimaldi?

Conocí a Alberto de Mónaco, que estuvo allí y a su corte y a su gente.

También actuaste delante de la reina Letizia, que se quedó muy impresionada

Pues mira con la Fundación Abracadabra hacemos un proyecto maravilloso desde hace 16 años ya: Magia en hospitales. La Reina nos recibió y fue una maravilla conocerla y entonces hubo un momento que ya se fueron las cámaras, nos quedamos a puerta cerrada y ahí yo le hice un juego con un papel y una cajita que le entregué en sus manos. Le dije aquí dentro hay un papel, elige una palabra. Entonces ella eligió responsabilidad. Es una palabra dura, una palabra difícil. Entonces abrió la cajita y había el papel que estaba escrito responsabilidad. Y ella se convirtió en una niña pequeña. De pronto me cogió la mano, me miró la manga. Dijo: '¿Qué pasa?, ¿aquí hay algo?'. Pero sí, se saltó un poco el protocolo al tener esa sorpresa de la magia que algunos espectadores les pasa, generalmente a los periodistas. Te diré que también tuve la suerte de hacer magia para Pedro J. Ramírez y también despertó ahí como ese quiero saber qué pasa. Quizás es ese espíritu investigador.

¿Recuerdas alguna otra persona conocida a la que hayas dejado a cuadros?

Bueno, la que me hizo ilusión fue David Copperfield, que me escribió. Me llamó un día por teléfono y salió un número americano. De pronto: 'Hola, soy David Copperfield'. Digo: 'No puede ser'. Y entonces me dijo: 'Mira, he visto un truco tuyo y quiero comprarte los derechos para hacerlo en mi show de Las Vegas'. Esto pasó hace unos seis años y yo me quedé alucinado. Entonces hablamos, me fui a Las Vegas, hicimos un contrato y le cedí los derechos de esa magia para hacerla en su show de Las Vegas y yo lo puedo hacer en el resto del mundo. Y desde entonces, desde hace seis años, tenemos una muy buena relación y colaboramos en ideas, en un montón de cosas.

Sorprender al mismísimo David Copperfield ya es otra liga

Sí, sí, eso fue muy marciano, porque me tocó ir allí a Las Vegas, explicarle cómo yo hacía mi truco y entonces él me preguntaba cosas y pensaba: 'no puedo creer que estoy explicándole este juego a David Copperfield'.

Aquí en Madrid, ciudad  la que le has dedicado el premio, ¿cómo ves a las futuras generaciones?, ¿Hay interés todavía por la magia?

Yo creo que sí, que cada vez hay más magos que surgen. Ahora las redes sociales están pobladas de magos que hacen muy buena magia y yo creo que es otra generación distinta, tienen que pasar por otros procesos. Nosotros no teníamos la información tan accesible. Ellos a golpe de YouTube están viendo continuamente cosas y eso de alguna manera influye en su magia. La magia más inmediata, más de mucho impacto, muy visual para la cámara. Pero claro, la magia en el teatro es distinta. Tienes que cautivar al público una hora y media y no puedes cortar el plano. Entonces, digamos que esa nueva generación tiene que también aprender de las generaciones anteriores muchas cosas. Y bueno, yo creo que hay una buena hermandad y los magos nos llevamos genial, los magos y las magas. Ahora estamos produciendo un show de una niña que se llama Inmagic y que es la maga más seguida del mundo. Tiene 20 millones de seguidores y es de Córdoba, de Lucena. Hemos trabajado con ella en cómo llevar su magia de las redes al escenario. Estrenará en octubre aquí en Madrid su show en un teatro.

¿Es la incorporación de más mujeres a la magia una de las asignaturas pendientes?

Eso está cambiando, aunque es verdad que no tan rápido como debería, pero yo creo que esta niña, Inmagic, es un buen ejemplo de ello. Lo que ha faltado, yo creo, son referentes femeninos. Había muchos magos muy famosos como Tamariz, David Copperfield... pero no había magas, no había una maga que que las niñas pudieran ver y que fuera un ejemplo. Y yo creo que Inma, con esta conexión que tiene con su público, haber recopilado millones de seguidores en todo el mundo, puede ser ese referente que necesitan las niñas para pensar: yo también puedo aprender magia y puedo hacer magia. No es una cosa solo de chicos.