Café con letras

Alicia Vallina nos presenta 'La criolla del Amazonas': 'Me costó creer la historia porque superaba a mi imaginación'

Narra la historia de Isabel de Gramesón, la primera mujer que recorrió el Amazonas en el siglo XVIII

Por Daniel Arveras

Alicia Vallina es periodista, historiadora y Doctora en Historia del Arte y del Mundo Antiguo, además de funcionaria de carrera del Cuerpo Facultativo de Conservadores de Museos del Estado.  Conferenciante, comisaria de exposiciones, guionista y colaboradora en diversas publicaciones, con su primera novela Hija del mar obtuvo el Premio de Novela Histórica de Pozuelo de Alarcón. Ahora, con La criolla del Amazonas (Ed. Plaza & Janés) rescata del olvido a otra mujer singular, la primera que recorrió el rio Amazonas y superó todo tipo de penurias en aquel asfixiante infierno verde. Charlamos sobre Isabel Gramesón y su vida marcada por el dolor, la muerte, la tenacidad y el amor.

- Tras tu novela Hija del mar, sobre la primera mujer que ingresó en la Armada española, llega La criolla del Amazonas. ¿Quién fue esta mujer?

Isabel fue una mujer de su tiempo que formaba parte de la élite criolla de Ecuador, en el virreinato del Perú. Hija de un general español y de una dama de la alta sociedad, sentía curiosidad por todo lo que le rodeaba y recibió una esmerada educación, aprendiendo francés y quechua.

Se convirtió, sin pretenderlo, en la primera mujer que atravesó parte de la Amazonía en 1769 y en busca del amor de su vida. Me pareció una aventura absolutamente única, pues se trató de un viaje no solamente físico sino metafórico, en el que la protagonista se transforma interiormente. 

- Isabel lleva una existencia acomodada que se trunca al poco de casarse por la muerte de varios hijos y la marcha del esposo. ¿Su vida fue la suma de las cosas que va perdiendo por el camino?

Totalmente, de hecho, en la novela he obviado otras desgracias que sufrió Isabel, entre ellas varios abortos, porque me parecía tremendamente dramático y muy duro para el lector. He suavizado un poco esa parte tan tremenda de las pérdidas continuas que sufrió de hijos y familiares.

- La decisión de ir en busca de su esposo sólo la toma al sufrir otra desgracia ¿Se aferra entonces a lo único que le queda, al recuerdo de un amor lejano para dejar atrás tanto sufrimiento?

Todo lo vivido y sufrido es lo que coloca a Isabel en ese punto de partida, en esa locura de expedición para reencontrarse con un esposo al que no ve desde hace años. Cuando ya no le queda casi nada decide ir en busca del amor de su vida, un hombre con el que sólo ha convivido seis años y del que ha estado separado muchos más. Es ese amor real, que existe y se mantiene en el tiempo pese a ni siquiera saber con certeza si Jean aún vive, el que la mueve finalmente a iniciar ese viaje por la selva Amazónica, un entorno tremendamente hostil que desconoce por completo.

- En el Amazonas, Isabel está a punto de dejarse ir al verse enferma, sola, rodeada de muerte y calamidades. 

El ser humano saca lo mejor de uno mismo en circunstancias tan extremas como las que vivió Isabel; y luego está la suerte, que también jugó a su favor. Pero no cabe duda de que Isabel fue una mujer muy fuerte mentalmente y con una voluntad tremenda, cualidades que le hicieron aferrarse a lo más importante que tenemos, el amor. 

- Las expediciones científicas ilustradas del siglo XVIII, ¿son un filón que se debería explotar más por parte de escritores y guionistas?

Me parecen apasionantes y siempre me han interesado. En este sentido, la que tuvo lugar para realizar la medición del meridiano de Ecuador en 1735 es importantísima, porque es la primera y en ella participaron dos marinos españoles, los jovencísimos Jorge Juan y Antonio de Ulloa. Este fue el germen de la investigación, pues también sentía una enorme curiosidad por Luis Godin, científico de prestigio y que luego fue eclipsado por Le Condamine, jefe de la expedición.

Precisamente, unas cartas entre Le Condamine y Jean Godin, primo de Luis, preguntándole por los rumores que le habían llegado sobre la epopeya de su esposa en el Amazonas son las que me pusieron tras la pista de Isabel de Gramesón para conocer su tremenda aventura. 

Me costó creer la historia de Isabel, pues superaba con creces cualquier idea que tuviera en mi imaginación. Incluso Julio Verne contó su extraordinaria aventura brevemente en 1881. 

- La criolla del Amazonas es una novela histórica, pero también romántica, repleta de dramas y perdidas, así como de amor y esperanza. ¿Era esa tu intención al escribirla?

La novela está enmarcada en un contexto histórico, dentro de la expedición científica más importante de la Ilustración, o al menos, una de las más relevantes. Es una novela de aventuras donde lo que más me interesa son los personajes, los sentimientos que viven sus protagonistas y las relaciones que se establecen entre ellos. Y, en cuanto al personaje principal, me interesaba ese viaje metafórico que realiza, de transformación interna y evolución. Las novelas que yo escribo tienen que ver mucho con eso, los sentimientos y las evoluciones de sus personajes. 

Isabel era una mujer normal de su tiempo que, por una serie de circunstancias, decidió romper con todo y dar ese giro tan drástico a su existencia que la convirtió en una mujer excepcional y única. 

- ¿Cómo fue tu experiencia de sumergirte en las profundas selvas ecuatorianas para sentir de cerca esa naturaleza abrumadora de la cuenca amazónica, parecida a la que debió vivir Isabel?

Fue algo espectacular, una idea perfecta para culminar el trabajo de investigación que ya había realizado. Cada escritor tiene su método de trabajo y yo tengo que tenerlo todo en mi cabeza muy bien estructurado y definido antes de sentarme a escribir. Cuando estaba lista para hacerlo, me di cuenta de que necesitaba viajar para conocer ese entorno y vivir sensaciones, no tan dramáticas como las de Isabel ni mucho menos, pero sí para rematar todo el trabajo previo.

Me fui sola y estuve acompañada por un guía nativo excepcional que me abrió muchas puertas, tal y como explico en el Epílogo. Estuve 19 días y recorrimos Ecuador de norte a sur, desde Otavalo, Quito, entramos a la Amazonía a través del río Napo y allí estuvimos con una comunidad indígena, perfectos conocedores de las plantas que nos rodeaban y sus aplicaciones medicinales. 

La naturaleza tan abrumadora te hace perder la noción de donde estás, la tremenda humedad, los mosquitos, la morada de la Yacumama, la gran anaconda mitológica… todo permanecerá para siempre en mi recuerdo.

- Después de Ana María de Soto e Isabel de Gramesón, ¿andas trabajando en la historia de otra mujer desconocida para tu próxima novela?

En otoño tengo a la vista una obra de no ficción, una recopilación de cincuenta mujeres españolas en la que habrá de todo: campesinas, aristócratas, literarias, cupletistas, aviadoras… desde la Edad Media hasta el siglo XXI. Quizás sea un poco diferente de las listas clásicas, pero todas ellas fueron importantes para este país y sentaron las bases de lo que conocemos hoy de muchas disciplinas.

Se titulará Las otras mujeres de España, cincuenta biografías breves y muy didácticas. Y luego tengo dos proyectos de novela basados en historias reales y, por supuesto, de mujeres. 

- Dinos un libro que recientemente hayas disfrutado o que estés deseando hacerlo tras pedirlo a los Reyes Magos.

Los Reyes me trajeron Maldita Roma, de Santiago Posteguillo, y estoy con él después de haber leído y disfrutado el anterior, Roma soy yo. 

Leo, sobre todo, mucho ensayo y me encantan las biografías. Estoy también con Felipe II y su tiempo, de Manuel Fernández Álvarez, que me está gustando mucho, y otro en inglés sobre la dinastía de los Ptolomeo. 

- Por último, ¿por qué la audiencia de Hola.com debería leer La criolla del Amazonas?

Es una novela de sentimientos, en la que el lector empatizará con cada uno de sus personajes. También es una novela fácil de leer. Soy lectora antes que escritora y me gustan este tipo de novelas, ágiles, didácticas y de sentimientos. 

Se van entretener, a divertir y sufrirán también mucho con Isabel, pero reconocerán en ella a una mujer única que vivirá una epopeya, una grandísima aventura, sobreponiéndose a unas circunstancias extremas con su fuerza, coraje, valor interno, afán de superación y el amor que la rodea. 

Las mujeres merecen su sitio en la historia y que se les dé voz, una voz que ha estado muy silenciada durante siglos.