Valentina, hija de Salma Hayek, una flamenca con mucho 'salero'

Madre e hija acudieron a una gala benéfica para recaudar fondos para la asociación 'Les P'tits Cracks', que ayuda a niños que padecen leucemia o cáncer en Francia

Por hola.com

VER GALERÍA


"¡Olé!". Eso debió pensar la actriz Salma Hayek al ver a su hija Valentina con este vestido de flamenca de lunares rojos y zapatos de tacón dorados. La niña, que el próximo mes de septiembre cumplirá seis añitos, acaparó todas las miradas al llegar con su mamá a una fiesta solidaria que se celebró en el Pabellón Campos Elíseos de París para recaudar fondos para la asociación Les P'tits Cracks, que ayuda a niños que padecen leucemia o cáncer en Francia. Madre e hija quisieron aportar su granito de arena a la causa y se convirtieron en las grandes protagonistas de la velada. Valentina por su 'salero' y Salma por que, una vez más, estaba de lo más bella y sexy con un vestido de color verde esmeralda.

Esta misma semana vimos a la actriz, de 46 años, disfrutando del concierto de Beyoncé en la capital francesa. Hayek, a la que no vimos acompañada de su marido, el multimillonario François-Henri Pinault, se lo pasó en grande viendo el impresionante espectáculo sobre el escenario que presenta la artista con su gira mundial Mrs. Carter, un nombre que hace un guiño a su matrimonio (Carter es el verdadero apellido de su marido, el rapero y productor Jay-Z).

VER GALERÍA


Recaudaron fondos por una buena causa
En Francia, cada año, más de 2000 niños padecen leucemia o cáncer. El camino hacia la recuperación es largo, duro y, en ocasiones, solitario, pero al final consiguen hacerse más fuertes y convertirse en un P’tit Crack, un término que han creado en la asociación Les P'tits Cracks para referirse a los niños y niñas que luchan contra la enfermedad y por seguir viviendo. Desde su fundación en 2001, la asociación brinda su apoyo a niños enfermos de cáncer a través de una doble labor dentro y fuera del hospital. En los hospitales, financian material médico para mejorar las condiciones de hospitalización de los niños enfermos y, tras su salida, les ayudan a rehabilitarse física y psicológicamente a través de excursiones ecuestres y escapadas culturales y deportivas.