Melón y champán, una combinación de sabores de lo más glamourosa para esta tarta fría, tan rica como espectacular visualmente. Resulta perfecta para poner broche de oro a un menú veraniego en una celebración especial.
La base
- 3 Huevos
- 85 g de Azúcar
- 85 g de Harina de trigo
El relleno
- 3 láminas de Gelatina
- 2 cs de Gelatina neutra en polvo
- 900 ml de Nata para cocinar
- 80 g de Azúcar glas
- 650 g de Confitura de melón
- 250 ml de Champán
Decorar
- Melón galia (un cuarto)
- Sandía (un cuarto)
- Melón piel de sapo (un cuarto)
- Melón cantalupo (un cuarto)
-
1.
Precalentar el horno a 180º.
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2.
Ajustar una lámina de papel para hornear en un molde circular de unos 20 cm de diámetro.
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3.
Batir en una ensaladera los huevos con el azúcar hasta que doblen su volumen, añadir la harina tamizada y mezclar.
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4.
Verter sobre el molde y hornear unos 10 min o hasta que se dore la masa.
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1.
Poner a fuego medio 250 ml del champán.
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2.
Añadir la gelatina y remover hasta que se disuelva por completo.
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3.
Retirar del fuego y dejar que se entibie.
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4.
Por otro lado, montar la nata con el azúcar glas.
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5.
Mezclarla con el champán (que habíamos dejado entibiar) con mucho cuidado y verter un tercio de esa mezcla sobre la base de la tarta.
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6.
Congelarla hasta que esté firme (unos 20 min).
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7.
Sacarla y extender una capa de confitura y luego otro tercio de 'relleno' de champán.
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8.
Meterla de nuevo al congelador y repetir la operación una vez más.
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1.
Empleando unos sacabolas de diferentes tamaños, extraer bolitas de los melones y de la sandía.
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2.
A continuación, desmoldar la tarta, decorarla colocando las bolas por encima y servirla.
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3.
Truco. Si quieres hacer esta tarta más rápido (en lugar de ir capa a capa): extiende sobre la base un poco de confitura y todo del 'relleno' de champán y congelar. Al servir, cubrirla con más confitura y adornar con las bolitas de fruta.
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