Ernesto de Hannover y la princesa Carolina, juntos en el Gran Premio de Mónaco
El Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1 fue ayer de lo más completo, informativamente hablando. No sólo albergó una carrera de gran intensidad para los puestos de honor y reunió a numerosísimas personalidades, como suele ocurrir casi todos los años; en esta ocasión, fue presidido, por primera vez, por el príncipe reinante Alberto, contó con un homenaje al príncipe Raniero, y con la presencia de la princesa Carolina y su esposo, el príncipe Ernesto, en su primera aparición pública tras una larga convalecencia a causa de una pancreatitis aguda en una clínica austriaca.
El pasado ocho de abril, la Casa real de Mónaco confirmaba, sólo dos días después del fallecimiento del príncipe Raniero, que el esposo de la princesa Carolina, se encontraba ingresado en el hospital princesa Gracia de Montecarlo a causa de una pancreatitis aguda, que su estado era grave y que necesitaba cuidados médicos permanentes. Diez días después emitía un nuevo comunicado que decía: "Ha sido autorizado por sus médicos a abandonar el centro hospitalario Princesa Gracia de Mónaco el lunes 18 de abril a primera hora de la tarde". Quedaba en duda si era el propio Hannover quien había solicitado abandonar el centro médico o bien si el tratamiento había concluido y continuaba con la recuperación en casa. Sólo unos días más tarde se hacía público que el Príncipe proseguía su recuperación en plenos Alpes austríacos.
El primer Gran Premio de Alberto
Tras un mes apartado de la vida social en un aislado valle en Ländle, el Príncipe de Hannover, con varios kilos menos y mucho mejor aspecto que en su última entrevista, que concedió para aclarar su estado y poner de manifiesto sus ganas de vivir, se reincorporaba ayer por primera vez a uno de los compromisos oficiales de su esposa, la [princesa Carolina]. Prueba de que el peligro que había corrido su vida ha pasado finalmente y que, por tanto, su nueva actitud ha dado sus frutos.
Junto a los Príncipes de Hannover, en el palco de la [Familia Real monegasca], se encontraba el príncipe Alberto, que presidía, por primera vez, el Gran Premio de Mónaco como Príncipe reinante del peñón, apenas un mes y medio después de la muerte de su padre, el príncipe Raniero. Precisamente, la Fórmula 1 quiso ofrecer ayer su particular tributo a Rainiero III, fallecido el pasado 5 de abril. Pilotos, comisarios y espectadores guardaron un minuto de silencio en recuerdo del monarca, antes del comienzo de la prueba. El finlandés Kimi Raikkonen, al volante de su McLaren-Mercedes, se alzó con el triunfo en el circuito del Principado y consiguió así su segunda victoria consecutiva. No obstante, Fernando Alonso alcanzó a sumar para mantener el liderato en el Campeonato del mundo.
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El primer Gran Premio de Alberto
Tras un mes apartado de la vida social en un aislado valle en Ländle, el Príncipe de Hannover, con varios kilos menos y mucho mejor aspecto que en su última entrevista, que concedió para aclarar su estado y poner de manifiesto sus ganas de vivir, se reincorporaba ayer por primera vez a uno de los compromisos oficiales de su esposa, la [princesa Carolina]. Prueba de que el peligro que había corrido su vida ha pasado finalmente y que, por tanto, su nueva actitud ha dado sus frutos.
Junto a los Príncipes de Hannover, en el palco de la [Familia Real monegasca], se encontraba el príncipe Alberto, que presidía, por primera vez, el Gran Premio de Mónaco como Príncipe reinante del peñón, apenas un mes y medio después de la muerte de su padre, el príncipe Raniero. Precisamente, la Fórmula 1 quiso ofrecer ayer su particular tributo a Rainiero III, fallecido el pasado 5 de abril. Pilotos, comisarios y espectadores guardaron un minuto de silencio en recuerdo del monarca, antes del comienzo de la prueba. El finlandés Kimi Raikkonen, al volante de su McLaren-Mercedes, se alzó con el triunfo en el circuito del Principado y consiguió así su segunda victoria consecutiva. No obstante, Fernando Alonso alcanzó a sumar para mantener el liderato en el Campeonato del mundo.