El hijo de la [reina Isabel] y su esposa comenzaron a principios de esta semana una visita oficial de cinco días a Japón -la tercera que realiza el Príncipe- con motivo del 150º aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas de Gran Bretaña con este país. El viaje, centrado en materias como el desarrollo sostenible, las nuevas tecnologías, la educación y el patrimonio, forma parte de una gira por Asia que incluirá también visitas a Brunei e Indonesia. La [Duquesa de Cornualles], sin embargo, no acompañará a su esposo en esta última parada y volverá a Inglaterra tras visitar Brunei para evitar las altas temperaturas de Yakarta.
Aunque el [príncipe Carlos] y la Duquesa llegaron el lunes al Aeropuerto Haneda de Tokio, donde fueron recibidos por el príncipe heredero Naruhito, la visita se inició formalmente el martes en la Universidad Keio de la capital nipona. A los Herederos británicos les esperaban allí decenas de estudiantes entusiasmados que les saludaron y fotografiaron con móviles y cámaras. Durante esta visita, el príncipe Carlos y su esposa presenciaron un espectáculo de kabuki, una forma de teatro japonés tradicional que se caracteriza por su drama estilizado y el uso de maquillajes elaborados en los actores. Los Duques recibieron asimismo una espada de bambú usada durante una demostración de un combate de kendo, un arte marcial japonés que también les ofrecieron los estudiantes de la universidad.
Más tarde, el Heredero británico acudió solo al Museo Nacional de Ciencia Emergente e Innovación (Museo Miraikan). Allí recibió una visita guiada de Mamoru Mori, director ejecutivo del museo y antiguo astronauta, que le mostró al robot humanoide de Honda "Asimo", así como las habitaciones de un módulo espacial. Especialmente anecdótico fue el ataque de risa que le dio al Heredero al contemplar un "Toilet Espacial" durante este tour por el museo, en el que también dio un discurso sobre su proyecto de selvas tropicales.
Por la noche, el Príncipe de Gales y su esposa fueron recibidos por los emperadores Akihito y Michiko, que les habían invitado a una cena privada en el Palacio Imperial. La Duquesa de Cornualles lució para la ocasión un vestido de inspiración japonesa en color turquesa con pañuelo y broche a juego. Los cuatro disfrutaron de una agradable velada en la intimidad de la residencia de los Emperadores japoneses, durante la cual conversaron tranquilamente de los detalles del viaje de los Herederos británicos. Una visita en la que también se han incluido expediciones a Nara, una antigua ciudad al oeste del país donde se encuentran algunos de los templos budistas más famosos de Japón, y a la ciudad montañosa de Nagano.
