El hijo del Príncipe Carlos participa en las operaciones de Fuego y Maniobra, de Suffield, el mayor campo de entrenamiento para los vehículos blindados británicos
Aunque inicialmente se llegó a pensar que el menor de los hijos del Príncipe de Gales abandonaría la carrera militar después de que el Ejército Británico le impidiera viajar a Irak para luchar en primera línea de fuego junto a sus hombres, el príncipe Harry ha entrado, según fuentes no oficiales, en la Unidad de Capacitación del Ejército Británico de Suffield, situada a unos 160 kilómetros sudeste de Calgary, en Alberta.
La respuesta a los interrogantes que se plantearon sobre cuál sería el futuro inmediato de Harry no se ha hecho esperar. De hecho, aunque la noticia no ha sido confirmada, todo apunta a que éste, después de haberse sentido, según sus amigos, "tremendamente decepcionado, desilusionado y humillado", dejó Londres el pasado miércoles. Una información sobre la que el Ejército Británico y el Ministerio de Defensa de Gran Bretaña han rehusado hacer comentarios.
Otro destino militar Harry, subteniente del regimiento de elite Blues & Royals de la Caballería Real del Ejército Británico, y responsable de 11 soldados y 4 vehículos de reconocimiento Scimitar, aceptó que sus jefes militares decidieran no enviarle con su regimiento recién desplegado a Basora, en el sur de Irak, por temor a que los insurgentes le dieran caza, y se quedó a la espera de que éstos cumplieran la promesa de que le buscarían de inmediato otro destino militar.
Se espera que Harry, conocido como Corneta Gales en el Ejército, practique las operaciones de "Fuego y Maniobra" en Suffield, el mayor campo de entrenamiento disponible para los vehículos blindados británicos, según el Sunday Mirror. "Todo tipo de entrenamiento con fuego real para unidades acorazadas se hace en Suffield. Está orientado a una designación en Helmand. Ahora este tipo de cometido es menos solicitado en Irak", reveló al periódico británico una fuente militar.
