Carlos y Camilla como dos campesinos en su luna de miel

por hola.com
Poco ha tardado Camilla en dejar los diseños de alta costura en el armario para volver a ponerse el impermeable verde y el pañuelo en la cabeza, como más le gusta a ella. Tras unas semanas de calamitosos preparativos, del agotador día de la boda y de la resaca informativa, Camilla, ya duquesa de Cornualles, disfruta junto al príncipe de Gales de su paraíso particular en tierras escocesas. Esos sombríos y bellísimos parajes en los alrededores de la mansión de Birkhall fueron también su refugio preferido durante más de tres décadas, cuando su relación era "clandestina".

La pareja tiene que coger fuerzas ante el inminente segundo asalto: ya se ha dado a conocer que harán una gira por el Reino Unido con la intención de que su popularidad (que aún cotiza a la baja) suba enteros. Además, en otoño realizarán una visita a Estados Unidos, hasta ahora feudo de Diana. Este viaje, sin embargo, no ha estado exento de polémica, ya que se comentó que el Presidente Bush no estaba dispuesto a recibir a una divorciada como esposa del príncipe. Al parecer, ya se han solventado esos"flecos", y la visita está en marcha tras el visto bueno de la Reina y de Tony Blair.

Camilla, que nunca ha tenido que cumplir un horario laboral y sus obligaciones se han reducido a su dedicación a una fundación que lucha contra la osteoporosis (enfermedad de la que murió su madre), a partir de ahora tendrá que adaptarse al regio y estricto protocolo que marca su rango de esposa del heredero al Trono y cumplir los nuevos compromisos de representación.
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