Los Príncipes de Asturias brindan todo su apoyo al equipo olímpico español en Turín
Los Príncipes de Asturias se han sumado a la larga lista de espectadores de lujo -Federico de Dinamarca, Haakon de Noruega, Alberto de Mónaco, los Príncipes de Orange- que se han dado cita en los Juegos Olímpicos de Turín a lo largo de las pasadas dos semanas, desde el 10 de febrero.
Animadores de excepción
Dos días después de haber participado como dos peregrinos más en una romería muy especial a la Virgen del Rocío, en la que no faltaron palmas, salves rocieras, sevillanas, repiques de campana, aplausos y vítores, don Felipe y doña Letizia pusieron rumbo a latitudes más frías, Sestriere, pero igualmente entusiastas, para arropar a la granadina María José Rienda, la baza española en la prueba del gigante de esquí alpino femenino en esta edición de los Juegos. Las gélidas temperaturas, no obstante, no minaron el entusiasmo y la entrega con la que los Herederos animaron a la esquiadora española.
[Don Felipe] y [doña Letizia] siguieron la prueba sin pestañear viviendo intensamente cada instante. Animando a Rienda en todo momento y lamentando con efusivos gestos el que ésta se desequilibrase durante la competición, momento en el que perdió todas las opciones de llevarse a casa la medalla. La prueba se disputó en dos mangas, en la primera la deportista española, que buscaba el tercer trofeo olímpico del deporte invernal español, tras los dos únicos logrados hasta la fecha, por los hermanos Francisco y Blanca Fernández-Ochoa, acabó con un tiempo discreto (1:02.28), que la situó detrás de las favoritas, en la décimo séptima posición. En la segunda, Rienda no logró remontar y se colocó finalmente en el décimo tercer puesto. El oro fue para la estadounidense Julia Mancuso. Tras la competición, no le faltaron a Rienda las palabras de aliento de los Príncipes.
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[Don Felipe] y [doña Letizia] siguieron la prueba sin pestañear viviendo intensamente cada instante. Animando a Rienda en todo momento y lamentando con efusivos gestos el que ésta se desequilibrase durante la competición, momento en el que perdió todas las opciones de llevarse a casa la medalla. La prueba se disputó en dos mangas, en la primera la deportista española, que buscaba el tercer trofeo olímpico del deporte invernal español, tras los dos únicos logrados hasta la fecha, por los hermanos Francisco y Blanca Fernández-Ochoa, acabó con un tiempo discreto (1:02.28), que la situó detrás de las favoritas, en la décimo séptima posición. En la segunda, Rienda no logró remontar y se colocó finalmente en el décimo tercer puesto. El oro fue para la estadounidense Julia Mancuso. Tras la competición, no le faltaron a Rienda las palabras de aliento de los Príncipes.