Marie Cavallier debuta como Princesa tras su luna de miel

El príncipe Joaquín de Dinamarca y su esposa presidieron un recital en la plaza del Palacio de Schackenborg

por hola.com
Prácticamente un mes después de su boda y de su secreta luna de miel, que los medios de comunicación daneses aseguran que transcurrió en Canadá, Joaquín y Marie de Dinamarca han regresado a casa para comenzar a trabajar juntos, como matrimonio, al servicio de la corona danesa. La pareja inauguró su agenda oficial conjunta acudiendo el pasado domingo por la tarde a un concierto en la plaza del Palacio de Schackenborg, su residencia al sur de la península de Jutlandia. Un acto en el que las

Los Príncipes disfrutaron de un recital a cargo de la Orquesta Sinfónica del Sur de Jutlandia, que abrió su temporada de conciertos de verano en Møgeltønder, la localidad donde los recién casados se dieron el sí quiero el pasado 24 de mayo. Marie, que lució un conjunto de gabardina beis y pantalón recto gris, debutaba oficialmente como Princesa ante medio millar de personas en esta cita musical operística en la que recibió también su primer ramo de flores como miembro de la [Familia Real danesa]. Todos los ojos estaban puestos en ella y en su esposo, quienes, ajenos al mundo, se prodigaron numerosas miradas de complicidad durante su primer compromiso público tras su boda. El primero de toda una vida juntos. El siguiente punto en la agenda de actos oficiales del matrimonio real será este jueves en Copenhague, con otra cita musical: el concierto del Coro de Niños Daneses en el palacete de Odd Fellow.

Acuerdo prenupcial
Pero no siempre el amor es para siempre. Así que, para evitar posteriores disgustos, el príncipe Joaquín, escarmentado por su experiencia anterior, y la princesa Marie han firmado un acuerdo nupcial que establece que la joven francesa no tendría acceso a los bienes de su esposo en caso de divorcio. Según el acuerdo, publicado por el tabloide danés Ekstra Bladet, la Princesa sólo tendría derecho a una parte de los regalos de boda comunes y a una cantidad económica que se fijaría de acuerdo a la duración del matrimonio y a las circuntanscias de la hipotética ruptura. El pacto determina que cada uno conserva sus bienes, los ingresos derivados de su trabajo y de posibles herencias. De este modo, el príncipe Joaquín protege sus propiedades de Schackenborg y los bienes que un día herederará cuando fallezca su madre, la reina Margarita.

El príncipe Joaquín parece haber aprendido la lección de su anterior matrimonio con la actual condesa Alejandra, de la que se divorció en 2005. El pacto nupcial firmado cuando se casó con ella en 1995 fijó que Joaquín debía asumir el gasto de una vivienda para su esposa -la que ella eligiera- en caso de divorcio, lo que le obligó a desembolsar diez años después cerca de un millón de euros para comprarle una villa en el elegante barrio de Østerbro (Copenhague). El pacto nupcial fue firmado por Joaquín y Marie un día antes de la boda, según Ekstra Bladet.
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