Corazones, flores, velas, y sobre todo mucho glamour y elegancia para recibir a los representantes de las más de 23 casas reales del mundo, que arroparon con su presencia en Copenhague al [príncipe Federico] y [Mary Donaldson] en el día de su boda y que lucieron sus mejores galas, sus más valiosas joyas y los más espectaculares vestidos... para estar a la altura que requiere el enlace matrimonial de un príncipe heredero. Sin restar protagonismo a los novios, pero sin poder evitarlo, la [Familia Real española], se convirtió en centro de todas las miradas, quizás por el momento, justo una semana antes de la boda del [príncipe Felipe] y [dona Letizia], en la que España y más concretamente Madrid, se convertirá de nuevo en lugar de reunión para los miembros de la realeza de todo el mundo, y sobre todo por la expectación que ha generado el debut de la prometida del Príncipe de Asturias como princesa.
La elegancia de la Reina La reina [dona Sofía] una vez dio muestras elegancia y buen gusto luciendo un vestido en tono morado, con encaje en las mangas, el cuello y la parte inferior del amplio chal con el que se cubría. [Dona Elena] apostó por diseño más atrevido: un espectacular traje del diseñador francés [Christian Lacroix], compuesto de un vestido blanco con adornos en relieve en el bajo, cubierto por una amplia y llamativa capa en tono fucsia con gran volumen y con el cuello y el dobladillo de las mangas en color rojo. La [infanta Cristina], que se caracteriza habitualmente en el vestir por su estilo sencillo, eligió al diseñador español [Jesús del Pozo] para esta ocasión, quien creó para ella un clásico vestido de amplio escote en pico color guinda y una torera de manga francesa en tono verde.
El debut de doña Letizia Pero si alguien acaparó la atención fue la prometida del príncipe Felipe, doña Letizia, quien en los próximos días pasará a formar parte de forma oficial de la realeza europea. En su debut como princesa se pudo ver a la prometida del Príncipe conversando cordialmente con [princesa Máxima], acaso ésta le daba algún consejo para el próximo 22 de mayo; con la princesa [Victoria de Suecia], la única princesa heredera aún soltera; con la reina Beatriz de Holanda, quien la saludó y felicitó por su próximo enlace ya dentro de la Catedral.
Presentada a todos los miembros de la realeza europea El príncipe Felipe, pendiente en todo momento de su prometida, le ayudó a sentirse perfectamente integrada, cómoda; todo lo cómoda, claro está, que una princesa en prácticas puede estarlo en el gran día de su debut. Quizás por ello, el príncipe Felipe fue presentando uno a uno a los miembros de las casas reales, que bien ocupaban asiento junto a ellos en la Catedral, o les precedían o seguían en el cortejo de entrada al [Palacio Fredensborg], poco antes de dar comienzo el banquete, o bien aquellos que con los que compartieron mesa y conversación durante la cena nupcial.
Doña Letizia, la lección bien aprendida Y un detalle que llamó la atención. Doña Letizia fue la única que hizo la protocolaria genuflexión al paso de la reina Margarita de Dinamarca por el pasillo central del salón donde se celebraba el banquete nupcial y donde los invitados esperaban de pie a ambos lados la llegada de los recién casados y los monarcas daneses.
