"No hay fórmulas mágicas para tener éxito en el matrimonio Lamento no disponer de más tiempo para pasar momentos agradables con mis nietos. Por lo que respecta al matrimonio, no existe una fórmula mágica para tener éxito. Pienso que un matrimonio dura mientras esté presente la voluntad de seguir juntos. Al principio, la atracción física juega desde luego un papel, pero con el tiempo el respeto mutuo, la estima de uno por el otro llegan a tener una importancia capital. Como muchas parejas, el Rey y yo hemos conocido momentos de felicidad pero también momentos penosos. Después de 40 años, siento todavía una enorme admiración por las cualidades de mi esposo: su modestia, su tendencia a poner siempre a los demás en primer plano, su humor. También tengo una gran admiración por su madre, la reina Astrid. Su belleza y su modestia siempre me han seducido. Hace diez años realicé un viaje Suecia para conocer a una de sus amigas y hablar de ella. Siento no haber podido contar con la experiencia de la reina Astrid durante mis primeros años en Bélgica.
El idioma, el estilo, el arte... "El estilo, cuanto más simple mejor, sobre todo al paso de los años. He plantado mucho en mi vida, pero llega un momento en que es necesario hacer balance, ver con más claridad -entonces se poda, para que las plantas que quedan puedan crecer mejor- se simplifica. Lo mismo se puede decir de la casa. Año tras año se acumulan recuerdos, y ahí hace falta también elegir y guardar los que tienen más valor para nosotros". "Habiendo vivido en Roma, ese entorno me ha sensibilizado, como es lógico, hacia el arte clásico. Es en los años 68 a 70, años de duda y puesta en cuestión, cuando conocí a artistas contemporáneos y comprendí entonces que la pintura y la escultura no son solamente una búsqueda de técnica y colores, sino que también son un lenguaje, un mensaje que el artista envía a la sociedad. A menudo este mensaje es un grito de angustia. No sólo está la belleza y la estética, también debemos estar en condiciones de comprender lo que es menos agradable. Para mí tienen gran importancia las visitas que efectúo a los talleres, y la conversación con el artista que explica su propia visión y comenta su obra". "Comprendo y acepto la crítica respecto a mi conocimiento imperfecto del neerlandés. No obstante, continuaré con obstinación perfeccionando mi conocimiento de esta lengua. Además, siento la manera de pensar propia del neerlandés y me seduce... Lo que más aprecio aquí, en Bélgica, es que la gente tiene corazón. Pero debo añadir que veces subestiman demasiado sus cualidades y las de nuestro país".
