Nueva cita de 'royals' en los Juegos Olímpicos de Invierno
Alberto de Mónaco, Pierre Casiraghi, Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda, Haakon de Noruega, Carlos Gustavo y Silvia de Suecia... ¡Todos a Sochi!
Sochi, antiguo balneario soviético bañado por el mar Negro, se ha convertido desde el pasado 7 de febrero en el lugar de encuentro de la realeza europea. Los reyes Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda, Alberto y Charlene de Mónaco, el Gran Duque de Luxemburgo y la princesa Ana de Inglaterra fueron algunos de los invitados a la gran ceremonia de inauguración de los XXII Juegos Olímpicos de Invierno. Días después, se han sumado a esta lista los hijos pequeños de Carolina de Mónaco, Pierre Casiraghi y la princesa Alejandra. Muy bien equipados para protegerse de las bajas temperaturas, los dos disfrutaron junto a su tío de los logros del equipo monegasco y compartieron nervios con otro miembro de la realeza, Haakon de Noruega, que en esta ocasión no contó con la compañía de su esposa, la princesa Mette-Marit.
Están a punto de convertirse en abuelos por segunda vez, pero mientras llega el feliz acontecimiento, los reyes de Suecia siguen cumpliendo con su agenda oficial. Así, Carlos Gustavo y Silvia de Suecia acudieron a Sochi para apoyar a su país y lo hicieron con una amplia sonrisa, que refleja el gran momento familiar que están viviendo. Dentro de unos días, Magdalena de Suecia dará a luz a su primera hija, fruto de su matrimonio con Chris O`Neill, y además, todo parece indicar, que en los próximos meses Carlos Felipe podría comprometerse con su novia, Sofia Hellqvist. La felicidad de sus hijos, es la felicidad de los soberanos suecos. "Hemos tenido tres días intensos y hemos visto muchos grandes esfuerzos de los suecos con un gran ambiente en las gradas. Eran obvias las dos medallas de oro en el relevo. ¡Increíble el esquí!", declararon.
Pero si hay unos miembros de la realeza que están disfrutando al máximo de los Juegos Olímpicos de Invierno son los reyes de Holanda. Guillermo Alejandro y Máxima han contagiado su energía a los deportistas holandeses y celebran como suyos los triunfos y sufren por las derrotas. También tienen tiempo para demostrarse lo mucho que se quieren y entre gritos de ánimo y aplausos, siempre encuentran un hueco para abrazarse.
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