El Emperador de Japón, fiel a su anual cita con sus conciudadanos por su cumpleaños, pese a sus achaques de salud

Celebró su 75º aniversario arropado por los miembros de la Familia Imperial

por hola.com
Akihito de Japón no ha querido faltar a su tradicional encuentro con sus conciudadanos con ocasión de su cumpleaños, a pesar de su preocupante estado de salud. Más entregado que nunca el Emperador correspondió a las muestras de cariño de los miles de japoneses, que se congregaron como cada año en el Palacio Imperial para expresar al monarca las felicitaciones de siempre, pero también todo su apoyo en este nuevo achaque y sus deseos de una pronta recuperación.

La reciente noticia de que el emperador Akihito cancelara todos sus compromisos oficiales durante unos días, después de que le fuera diagnosticado de hipertensión por estrés, turba estos días a sus conciudadanos que no dejan de preguntarse por las causas y las posibles consecuencias de esta última dolencia. Algunos sostienen que incide en este cuadro clínico del cabeza de la monarquía hereditaria más vieja de mundo su inquietud por el futuro de la Casa Imperial, otros que le influyen los problemas crónicos de salud de su nuera o sus propias enfermedades.

Cuenta para su recuperación con el bálsamo más efectivo: el apoyo de los suyos. Así lo demostraron en su 75º aniversario con una nueva concurrida salida al balcón de la Familia Imperial japonesa. A su lado, se encontraban su mujer, la emperatriz Michiko, con la que lleva 48 años casado; el príncipe Naruhito y su mujer, la princesa Masako, entre otros miembros reales. La nueva aparición (y van tres en menos de dos meses) de la princesa Masako, retirada de la vida pública durante varios años a causa de una depresión, se entiende como un paso más hacia su completa recuperación. Aunque el equipo médico que la atiende asegura que ha hecho un gran progreso con respecto a su depresión y problemas de estrés, la Princesa aún no está plenamente recuperada. "Tiene altibajos imprevisibles en su estado físico y mental", según los médicos. Así que la situación continúa en un punto crítico para la Princesa, a quien le duele no ser capaz de llevar a cabo sus tareas tal y como le gustaría.

La historia se repite. El estrés ha vuelto a colarse en palacio para cebarse con un nuevo miembro de la Familia Imperial. Ya en 2003 sucumbió en una depresión a la princesa Masako manteniéndola a lo largo de los últimos años recluida en palacio; el año pasado golpeó a la emperatriz Michiko, que presentó síntomas ligados a esta misma enfermedad, y ahora ha aquejado al Emperador, que se ha visto obligado a reducir sus apariciones públicas. Del mal del siglo XXI no se libran ni los Reyes.