La reina Rania y el rey Abdallah celebran diez años de matrimonio
"No hago sombra a mi esposo"
Ni siquiera la "coronación" de su marido, el rey Abdullah, en febrero de 1999, ni su posterior reconocimiento como Soberana, le ha impuesto un cambio de hábitos en su rutina diaria. La reina Rania ha conseguido mantener firmes las costumbres de su familia y las suyas propias. Así, por ejemplo, viven en la mansión de Al Barakah, la misma casa en la que residían cuando sólo eran Príncipes, disponen prácticamente del mismo servicio doméstico y sus hijos, Hussein, (1994), e Imán, (1996) -la pequeña Salma empezará el próximo año siguen yendo al mismo colegio. En este sentido, tampoco han variado sustancialmente las actividades diarias de la Reina porque, si antes era una alta ejecutiva en un banco extranjero de Amán, ahora lo es de la Corona... Ocupando con confianza y seguridad este gran puesto que se ha ido haciendo a su medida, pero siempre desde la humildad y con una única arma a su favor: la sonrisa... Así, cuando le preguntan por su posición como protagonista absoluta de los medios de comunicación internacionales, la Soberana no se olvida de mencionar a su marido, el Rey: "Yo no le hago sombra, mi esposo está muy orgulloso de mí y me dice que nosotros formamos un buen equipo y pienso que tiene razón".
Deslumbrando al mundo
Rania Yasin, la Reina que fue durante muchos años una princesa invisible bajo la sombra del fallecido rey Hussein, se ha revelado, en cuatro años, como la más digna sucesora de la respetada y bellísima Noor. La segunda Soberana más joven del mundo, 3 años, (la reina Karabo de Lesotho tiene 26) plebeya, palestina, bondadosa y dueña, sobre todo, de un estilo muy personal, ha deslumbrado al mundo con su hermosura y elegancia pero, sobre todo, por haberse convertido en el motor de cambio de su país. En la mejor embajadora de la monarquía hachemí.
Norteamericanos, franceses, ingleses, suizos y españoles han caído rendidos a sus pies. Y eso que Rania, experta en tecnología, no había sido preparada para convertirse en Reina... Tan sólo en la esposa de Abdullah, un descendiente directo del profeta Mahoma. Un hijo de Rey distinguido por pertenecer a una familia que ha gobernado durante 1.400 años ininterrumpidamente.
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