Puerta de Europa 2009: el mágico universo de Duyos
Plumas, flecos y lazos para las novias más juveniles
Encaramadas a lo alto de una escalera y rodeadas de una atmósfera de cuento de hadas han desfilado las novias de Juan Duyos en esta primera jornada de pasarela Puerta de Europa, que estos días inunda Madrid con las últimas tendencias en moda nupcial.
Con apenas un par de colecciones de novias a sus espaldas, el modisto ha logrado consolidarse como uno de los grandes nombres a tener en cuenta dentro de la industria de la moda nupcial española. En su pasarela ha predominado el aire a sensual inocencia que caracteriza a sus creaciones, destinadas a una novia diferente y juvenil, pendiente de las últimas tendencias, incluso, en ese día tan especial.
Huyendo de las formas más clásicas, las novias de Duyos se caracterizan por la abundancia de líneas románticas, con vestidos plagados de contrastes, donde las faldas abullonadas y las bomboneras se dan la mano con los escotes asimétricos y los cortes cincuenteros, creando un imaginario único e irrepetible.
Los cuerpos, muy trabajados, destacan por encima de las faldas, con volúmenes construidos a base de pliegues y drapeados, y los siempre recurrentes y muy femeninos lazos, que en esta ocasión dejan a un lado su función decorativa para convertirse en una pieza fundamental del vestido en el escote y los hombros. Las faldas, por su parte, alternan sofisticados volantes con sinuosos tejidos de caída suave, como el crepé o la tafeta, en discretos colores hueso o champán. El toque original lo ponen las plumas y flecos, de máxima tendencia esta temporada, que pasan a formar parte del vestido como un complemento más.
Ligeros encajes y bordados de inspiración primaveral completan el conjunto, que recuerda a una fresca y luminosa mañana de verano. La austeridad de complementos se compensa gracias a la gran originalidad a la hora de vestir los pies de una novia que camina con paso firme hacia el altar, sobre unas altísimas plataformas de suela cóncava ribeteadas con flores, y que sin duda reinventan el clásico concepto del zapato de novia.
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Los cuerpos, muy trabajados, destacan por encima de las faldas, con volúmenes construidos a base de pliegues y drapeados, y los siempre recurrentes y muy femeninos lazos, que en esta ocasión dejan a un lado su función decorativa para convertirse en una pieza fundamental del vestido en el escote y los hombros. Las faldas, por su parte, alternan sofisticados volantes con sinuosos tejidos de caída suave, como el crepé o la tafeta, en discretos colores hueso o champán. El toque original lo ponen las plumas y flecos, de máxima tendencia esta temporada, que pasan a formar parte del vestido como un complemento más.
Ligeros encajes y bordados de inspiración primaveral completan el conjunto, que recuerda a una fresca y luminosa mañana de verano. La austeridad de complementos se compensa gracias a la gran originalidad a la hora de vestir los pies de una novia que camina con paso firme hacia el altar, sobre unas altísimas plataformas de suela cóncava ribeteadas con flores, y que sin duda reinventan el clásico concepto del zapato de novia.