Karlie Kloss, Brigitte Macron y la perfecta coincidencia de estilo entre dos generaciones

Dos mujeres, dos formas de interpretar una de las prendas clave de la próxima temporada: la casaca inspirada en el siglo XVIII

por Marta Benayas
Karlie Kloss y su chaqueta de Vuitton

A primera vista el vestidor de Karlie Kloss y el de Brigitte Macron no presenta muchas similitudes. La modelo internacional lleva las tendencias con versatilidad mientras que la primera dama francesa se define por estilismos sobrios y clásicos donde el blazer y los pantalones pitillo son su mejor seña de indentidad. Sin embargo, hemos comprobado la primera conexión entre ellas. Karlie acudió como invitada a la Semana de la Moda de París con la misma prenda que tiene en su vestidor la esposa de Emmanuel Macron: la casaca de Louis Vuitton. Es una de las piezas insignia de la nueva colección de Nicolas Ghesquière; el diseñador la reinterpreta para la próxima temporada en distintas tonalidades y parece que con éxito ya que tanto la modelo como Macron han incorporado este básico en su nuevo fondo de armario avistando una de las próximas tendencias de la primavera 2018.

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La modelo cedió todo el protagonismo a la casaca combinándola con un total look negro y dando su sello personal al estilismo. Kloss supo adaptar una prenda inspirada en el siglo XVIII con su toque desenfadado y juvenil gracias a un calzado cómodo de tacón ancho y unos pantalones cropped, un gesto que sigue siendo tendencia entre modelos e influencers de la moda. El pelo, con unas ondas desenfadadas, y la ausencia de complementos (a excepción de unos pequeños pendientes) remataban el estilismo del ángel de Victoria's Secret.

Por su parte, la primera dama de Francia sigue confirmando que Vuitton es su marca de cabecera, en gran medida por la amistad que le une a Ghesquière. Haciendo gala de su habitual predilección por las chaquetas con personalidad, Brigitte escogió la misma casaca con bordados azules, uno de sus colores favoritos, y la combinó con una blusa fluida en tonos crema. Fiel a su power dressing elegante y parisino, optó por unos pendientes de cristales y su clásico moño italiano logrando una versión más sofisticada en el Elíseo.

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En la pasarela, el diseñador la exhibe con un toque de rebeldía y la adereza con prendas desenfadadas como pantalones de boxeo, zapatillas y complementos de aire futurista. Un juego de tendencias y épocas que tiene como resultado una mezcla ecléctica y que funciona en cualquier momento y a cualquier edad. Confeccionada en materiales rígidos y jugando con el contraste de tejidos y las superposiciones, Ghesquière propone convertir la casaca en la nueva chaqueta de la primavera.