Con la frescura del Trópico y tomando como motivo de inspiración las paradisíacas islas asiáticas, el modisto Valentino mostró en Milán una colección masculina, para la temporada de primavera-verano 2003, en la que predominaron los tejidos lujosos. Los modelos, entre los que se encontraba el francés Arnaud Lemaire, aparecieron sobre la pasarela transformados en auténticos playboys, con el pelo engominado y camisas abiertas que mostraban el torso desnudo.
Fue muy destacada una colección de pantalones con el bajo a la altura de la pantorrilla y confeccionados en satén. Según Valentino, la mejor forma de llevarlos es combinados con camisas de algodón o de seda y con sandalias en los pies.
En definitiva, la colección de Valentino, en la que se incluían también trajes blancos o negros con brocados, gustó mucho al público asistente y recibió los aplausos de la crítica especializada.
Más comedida fue la puesta en escena de la firma Strenesse, que apostó por el más puro minimalismo, lo que no terminó de convencer a la crítica especializada. Su colección mostró prendas sin estampados, diseñadas siguiendo líneas de confección muy simples y teñidas en colores muy claros como, por ejemplo, el gris, azul claro o blanco. "No hemos querido hacer un espectáculo en este desfile porque somos esencialmente una empresa de telas", señalaron los responsables de la marca.
Por su parte, la firma Fendi apuesta para la próxima primavera por un hombre que viste muy moderno con tejidos de nueva generación muy brillantes y con estampados de piel de serpiente. La inspiración se busca en los hombres de Inglaterra o de los países mediterráneos, que crean una moda muy fresca y elegante. Destacaron trajes con rayas brillantes; chalecos confeccionados en piel de ternero y saharianas.
