¿Cómo prevenir los cólicos nefríticos?
Más de tres millones de españoles tienen piedras en el riñón
Un proceso muy doloroso. Así definen las personas que lo han padecido un cólico nefrítico, causado por la presencia de piedras en el riñón (litiasis), que afectan, según los últimos datos de la Asociación Española de Urología, a cerca del 8% de la población española, un porcentaje alto, según los expertos, si se tiene en cuenta que la litiasis es una enfermedad persistente que en muchos casos llega incluso a convertirse en crónica.
Así, se estima que una de cada cuatro consultas al urólogo responde a este problema de salud, que afecta en mayor medida a las personas de entre 30 y 40 años, especialmente varones (en la población femenina son más comunes las litiasis de origen infeccioso porque están más expuestas a padecer infecciones de orina). Y, un dato más: se ha podido observar un aumento significativo de este trastorno en los países desarrollados, fundamentalmente por sus hábitos dietéticos y vida sedentaria.
Pero, ¿qué influye en la aparición de estos cálculos renales? La dieta y el consumo de líquidos son factores que influyen directamente en la formación de piedras. De hecho, las personas que consumen poca cantidad de líquidos presentan mayor riesgo de desarrollar cálculos. Respecto a la dieta, la ingesta de alimentos con alto contenido proteico de origen animal como la carne, las dietas ricas en sal y la ingesta de azúcares refinados favorecen la formación de cálculos.
El doctor Juan Alberto Lancina, del Servicio de Urología del Hospital Juan Canalejo de A Coruña y miembro de la Asociación Española de Urología (AEU), destaca como factor de riesgo más importante las alteraciones metabólicas que influyen en la composición de la orina. Éstas pueden ser de origen hereditario (por trastornos en el metabolismo), adquiridas a través de una alimentación inadecuada, o debido a una baja ingesta de líquidos o a una mayor pérdida de los mismos por síndromes de diarrea crónica. En todos los casos, el resultado es una orina rica en sales o en sustancias (como el calcio, oxalato, ácido úrico, etc) que van a facilitar la formación de los cálculos.
¿Cómo se manifiesta? El signo de aviso de esta enfermedad es el dolor que se produce como consecuencia de la presión que ejerce el cálculo al pasar por la vía urinaria. La piedra dificulta la salida de la orina y provoca dolor, generalmente de gran intensidad que produce malestar en el paciente. En ocasiones, la litiasis está acompañada de otras manifestaciones como náuseas, vómitos, alteraciones en la micción, hematuria (sangre en orina), etc. No obstante, en muchos casos, la litiasis no se manifiesta por síntomas y se detecta de forma casual cuando el paciente acude a la consulta por otro problema de salud. El diagnóstico definitivo de los cálculos se realiza mediante radiografías o ecografías.
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Así, se estima que una de cada cuatro consultas al urólogo responde a este problema de salud, que afecta en mayor medida a las personas de entre 30 y 40 años, especialmente varones (en la población femenina son más comunes las litiasis de origen infeccioso porque están más expuestas a padecer infecciones de orina). Y, un dato más: se ha podido observar un aumento significativo de este trastorno en los países desarrollados, fundamentalmente por sus hábitos dietéticos y vida sedentaria.
Pero, ¿qué influye en la aparición de estos cálculos renales? La dieta y el consumo de líquidos son factores que influyen directamente en la formación de piedras. De hecho, las personas que consumen poca cantidad de líquidos presentan mayor riesgo de desarrollar cálculos. Respecto a la dieta, la ingesta de alimentos con alto contenido proteico de origen animal como la carne, las dietas ricas en sal y la ingesta de azúcares refinados favorecen la formación de cálculos.
El doctor Juan Alberto Lancina, del Servicio de Urología del Hospital Juan Canalejo de A Coruña y miembro de la Asociación Española de Urología (AEU), destaca como factor de riesgo más importante las alteraciones metabólicas que influyen en la composición de la orina. Éstas pueden ser de origen hereditario (por trastornos en el metabolismo), adquiridas a través de una alimentación inadecuada, o debido a una baja ingesta de líquidos o a una mayor pérdida de los mismos por síndromes de diarrea crónica. En todos los casos, el resultado es una orina rica en sales o en sustancias (como el calcio, oxalato, ácido úrico, etc) que van a facilitar la formación de los cálculos.
¿Cómo se manifiesta? El signo de aviso de esta enfermedad es el dolor que se produce como consecuencia de la presión que ejerce el cálculo al pasar por la vía urinaria. La piedra dificulta la salida de la orina y provoca dolor, generalmente de gran intensidad que produce malestar en el paciente. En ocasiones, la litiasis está acompañada de otras manifestaciones como náuseas, vómitos, alteraciones en la micción, hematuria (sangre en orina), etc. No obstante, en muchos casos, la litiasis no se manifiesta por síntomas y se detecta de forma casual cuando el paciente acude a la consulta por otro problema de salud. El diagnóstico definitivo de los cálculos se realiza mediante radiografías o ecografías.