Según nos adentramos en el otoño, las castañas empiezan a hacerse cada vez más presentes entre los platos de esta estación. Este fruto lo encontramos en el mercado entre los meses de septiembre a diciembre y nos parece, además de uno de los tentempiés más ricos y sanos, un ingrediente para incorporar desde el desayuno hasta la cena a través de elaboraciones superapetecibles como las que hoy te compartimos. ¡Te van a encantar!
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Las castañas tienen un “lado izquierdo y derecho” o "una cara superior y otra inferior" y esto es porque, al crecer dentro de una cubierta llena de espinas -se parece mucho a un erizo-, se aplastan entre sí y una partes más abultada y la otra más plana. Hasta la llegada de la patata, y debido a su gran poder nutritivo, fue uno de los principales alimentos de subsistencia y con su harina, especialmente hecha con la seca conocida como pilonga, se elaboraban numerosos panes y productos de bollería. No olvides que las variedades del castaño de Indias -que son las que se ven normalmente en los parques- son tóxicas y las que se comen son las del castaño europeo y otras variedades asiáticas y americanas.
En España y en Francia, a finales del siglo XVIII empezaron a aparecer en las calles vendedores ambulantes con pequeños fogones alimentados con carbón para asar castañas. Estos castañeros y se hicieron muy populares y en lugares como Madrid eran sobre todo mujeres las que se encargaban de este oficio, tanto que se convirtieron en un icono de la ciudad durante los meses de frío. ¿Quién no recuerda esos cucuruchos de papel llenos de castañas recién asadas para calentarse las manos y ese aroma inconfundible que aún se pueden disfrutar en algunos rincones?
¿Por qué son tan nutritivas las castañas?
A medio camino entre un fruto seco y un cereal (se engloba dentro del primer grupo, pero en lo relativo a su composición está más próximo al segundo), tienen mucha agua y almidón, y poca grasa comparada con nueces o almendras -¡ojo, es grasa saludable y muy recomendada para mantener una buena salud cardiovascular!-.
Fuente de fibra, vitaminas y minerales como el potasio o el fósforo, las castañas tienen un gran poder saciante y son un alimento más que interesante a nivel nutricional (siempre que las tomemos al natural, asadas o cocidas). Nos ayudan a controlar el apetito, al ser ricas en carbohidratos complejos, nos aportan energía y al tener un alto contenido en agua -más del 50%-, son fáciles de digerir y tienen un efecto diurético.
Consejos para comprar y conservar castañas
Si al comprarlas te aseguras de que están en buen estado y las conservas bien en casa, las castañas pueden durar desde una semana hasta varios meses.
- Asegúrate de que sean firmes, pesen y tengan la cáscara brillante y lisa.
- Si al agitarlas escuchas algo suelto en el interior, es que están secas o dañadas. Una castaña fresca es maciza y no suena.
- Conservadas en un sitio fresco y seco duran más de 8 días; si las guardas en la nevera, aguantan 2-3 semanas y si las congelas crudas con corte, peladas o ya cocidas, su duración se prolonga a los 6 meses.
- Si las vas a cocinar, salvo que vayas a triturarlas, asegúrate de que tengan un tamaño parecido para que se hagan por igual.
- Pelarlas en crudo es complicado, y es por ello que suelen consumirse asadas o cocidas.
- Por cierto, si no se les hace un corte en la piel antes de asarlas o cocerlas, la presión interna del vapor hace que “estallen”, así que ¡precaución!
Cocinar con castañas
Además de en crudo, y simplemente asadas, las castañas pueden convertirse en ingrediente protagonista de infinidad de recetas, tanto en el terreno salado (purés, cremas, sopas, ensaladas, guarniciones para platos de carne, etc.) como, por supuesto, en el dulce. Tenemos desde las conocidas marron glacé (castañas confitadas en un sirope de azúcar) hasta un sinfín de postres elaborados con este otoñal fruto como cremas, mousses, salsas, mermeladas, etc. Aquí tienes 10 recetas con castañas fáciles y deliciosas.
