Dermatólogo a domicilio
Lo último en rejuvenecimiento facial
La moda no sólo engloba el mundo de la ropa, o de los coches, o del maquillaje. También afecta al mundo del tratamiento cosmético, pues si bien las necesidades de la piel son siempre las mismas (protección, regeneración, cuidados antiedad), la tecnología avanza imparable, motivando un cambio y renovación constantes. No sólo eso: cuando una novedad tiene éxito, no tardan en salirle acompañantes. Este ha sido el caso de los nuevos peelings y los kits de renovación intensiva. Fórmulas más seguras, efectos comprobados y packagings atractivos. ¿Cómo resistirse? Pero más vale conocer antes en qué consisten y para quienes son recomendables.
Exfoliantes termoactivos
Un producto que al contacto con la piel aumenta la temperatura, produciendo una hiperemia o aumento de la microcirculación, además de abrir los poros. ¿Imposible? No: exactamente así funcionan los nuevos peelings termoactivos. Son especialmente recomendables para pieles grasas o con impurezas, pues tienen un poder de extracción profunda muy adecuado para este tipo de cutis. Conviene limitarlos sobre todo a las áreas más conflictivas, como nariz y barbilla. No deben usarse más de una vez por semana, y son perfectos si después se aplica una mascarilla limpiadora profunda.
El dermatólogo, en casa
Los peelings dermatológicos son de los tratamientos más frecuentes realizados en las consultas de los médicos estéticos. Eliminando capas de piel, se dejan al descubierto células nuevas, lo que contribuye a quitar el aspecto apagado (frecuentes en pieles fotoenvejecidas), atenuar las arruguitas y dar un aire más fresco a la tez.
En la consulta médica, el especialista decide qué tipo de peeling y qué concentración es la más adecuada. Lógicamente, cuanto más profundo, más eficaz, pero también más agresivo y con mayores posibilidades de problemas como hipersensibilidad, irritación o manchas de pigmentación. Los más habituales son los peelings químicos a base de ácido glicólico o salicílico, que se usan en concentraciones bajas para una exfoliación suave que se puede realizar en varias sesiones, o bien el peeling mecánico más popular, la microdermoabrasión, que consiste en eliminar capas de piel a base de lanzar sobre ella un chorro de aire con cristales de óxido de aluminio, que "lijan" ligeramente las capas superiores de la epidermis.
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El dermatólogo, en casa
Los peelings dermatológicos son de los tratamientos más frecuentes realizados en las consultas de los médicos estéticos. Eliminando capas de piel, se dejan al descubierto células nuevas, lo que contribuye a quitar el aspecto apagado (frecuentes en pieles fotoenvejecidas), atenuar las arruguitas y dar un aire más fresco a la tez.
En la consulta médica, el especialista decide qué tipo de peeling y qué concentración es la más adecuada. Lógicamente, cuanto más profundo, más eficaz, pero también más agresivo y con mayores posibilidades de problemas como hipersensibilidad, irritación o manchas de pigmentación. Los más habituales son los peelings químicos a base de ácido glicólico o salicílico, que se usan en concentraciones bajas para una exfoliación suave que se puede realizar en varias sesiones, o bien el peeling mecánico más popular, la microdermoabrasión, que consiste en eliminar capas de piel a base de lanzar sobre ella un chorro de aire con cristales de óxido de aluminio, que "lijan" ligeramente las capas superiores de la epidermis.