No todas las celulitis son iguales

En pocas ocasiones se da un solo tipo de celulitis: en general, se presenta de varios tipos, dependiendo de la zona del cuerpo. Pero saber cuál es la predominante ayuda a ponerle freno.

por hola.com
Celulitis blanda
Como su nombre indica, es blanda al tacto. Se mueve al andar o al cambiar de posición, y se aumenta con la edad o al engordar, y la piel presenta un aspecto ondulado. Se presenta sobre todo en la parte superior de piernas y brazos, y a menudo se acompaña de varices o arañas vasculares. La falta de tonicidad muscular la agrava.
Soluciones: Perder peso lentamente y no descuidar la ingesta de proteínas de alta calidad. Es vital hacer ejercicios de resistencia para ganar tono muscular, que mejoran mucho el problema. La cosmética se debe aplicar siempre mediante masaje, para mejorar la circulación, y combinarla con productos que activen el retorno venoso. Los tratamientos de electroestimulación, que drenan y reafirman, son muy efectivos, así como los tratamientos de radiofrecuencia, siempre y cuando haya exceso de grasa.
  • Localización: Cara anterior de los muslos, abdomen, nalgas, brazos
  • Vista: La piel tiene un aspecto gelatinoso, que se mueve al andar. Las áreas afectadas se ven mejor tumbada que de pie.
  • Tacto: Blando, como su propio nombre indica, algo esponjoso.
  • Tratamiento: Requiere mejorar la circulación, generalmente perder unos kilos (es más frecuente en las zonas donde hay acumulación extra de grasa), y reafirmar la piel, que se queda algo laxa. Le van bien los tratamientos de electroescultura y de endermología.

    Celulitis dura
    Es más frecuente en mujeres jóvenes, y en zonas como las cartucheras o las nalgas. La piel se ve tersa, y granulada como la piel de naranja, y no cambia de aspecto al caminar. Parece como si la piel estuviera firmemente pegada al músculo, y suele ser una de las primeras formas de manifestación de la celulitis.
    Soluciones: Hay que ponerle freno cuanto antes, ya que tiene un buen pronóstico, más cuanto más reciente es. Requiere cosmética intensiva aplicada dos veces al día, y luego un trabajo de mantenimiento durante todo el año. La mesoterapia es muy eficaz, así como los tratamientos de instituto que "despeguen" la piel, como la aparatología LPG o Vela, siempre y cuando no haya flacidez.
  • Localización: Cartucheras, rodillas
  • Vista: No cambia de forma al andar, se presenta como un bloque compacto con hoyitos.
  • Tacto: La piel parece compacta, y puede doler al presionarla. Es difícil cogerle un pellizco.
  • Tratamiento: Funciona muy bien la endermología, así como la mesoterapia.

    Celulitis edematosa Es la menos frecuente, y la más difícil de eliminar. Se debe a un problema de mala circulación agravado por una importante retención de líquidos. Se da principalmente en las piernas, que pierden su forma para volverse más rectas. La consistencia de la piel se nota pastosa, e incluso dolorosa, tanto al tacto o al pasar mucho tiempo sentada.
    Soluciones: Sobre todo, es importante mejorar la circulación y el retorno venoso. Eso exige ejercicio suave que no implique impacto, como hacer bicicleta, andar o nadar, y tomar medidas tales como medias de compresión, duchas alternas de agua fría y caliente y complementos venotónicos como el ruscus o el castaño de Indias, que refuerzan las paredes venosas. Además, hay que evitar todo aquello que produzca retención de líquidos: comidas preparadas, ricas en sal, bebidas con gas… y tomar infusiones de productos drenantes como la cola de caballo o el té verde. Le vienen muy bien los masajes de drenaje linfático y todo aquello que contribuya a deshinchar.
  • Localización: Piernas, que toman un aspecto muy recto.
  • Vista: Parece algo acorchada, como si fuera de gomaespuma.
  • Tacto: La piel se siente esponjosa, y puede sentirse dolorosa al tacto.
  • Tratamiento: Está muy relacionada con la retención de líquidos y problemas circulatorios, por lo que lo más importante es tratar estos dos aspectos, pues además a menudo aparecen varices en mayor o menor grado. Les favorece el drenaje linfático, la presoterapia y todo aquello que mejore drenaje y circulación, incluidas infusiones o complementos venotónicos, como el ginseng, el ruscus o el castaño de Indias.