Guerra a la celulitis
Las claves sobre la carboxiterapia, una técnica consistente en la introducción de anhídrido carbónico en las zonas afectadas
La pelea que las mujeres libran contra la celulitis es sin duda una lucha sin cuartel, ya que la piel de naranja es un enemigo duro de pelar y que ofrece mucha resistencia. Al arsenal de armas contra ella acaba de unirse un nuevo aliado, la carboxiterapia.
Tan extraño nombre responde a una técnica consistente en la introducción de anhídrido carbónico por vía subcutánea mediante inyecciones en las zonas afectadas. Al penetrar directamente en las zonas de concentración de adipocitos y de retención de fluidos, el gas se va abriendo paso entre ellos y ayuda a deshacer esos nódulos grasos, lo que contribuye a su eliminación. Esta técnica ayuda a mejorar la circulación y la textura de la piel.
El gas surge de una máquina que regula su salida y presión, y su introducción bajo la piel se completa con un movimiento de masaje manual que ayuda a distribuir el anhídrido carbónico y hacerlo circular.
El tratamiento no requiere anestesia. Puede resultar molesto al sentir la introducción del aire, llegando a ser incluso algo doloroso en las zonas más compactas y afectadas, donde el gas encuentra más impedimento para circular.
La duración de cada sesión oscila entre los quince y treinta minutos, dependiendo de la extensión del área a tratar. Se recomienda una media de doce a quince sesiones, en intervalos semanales, que pueden combinarse con otros adiós a la piel de naranja. Como en cualquier intervención, este tratamiento debe ser realizado por un médico, que es quien está capacitado para realizar las inyecciones pertinentes. Pinche aquí si quiere saber cómo elegir un buen cirujano estético, con garantías y sin riesgos.
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El gas surge de una máquina que regula su salida y presión, y su introducción bajo la piel se completa con un movimiento de masaje manual que ayuda a distribuir el anhídrido carbónico y hacerlo circular.
El tratamiento no requiere anestesia. Puede resultar molesto al sentir la introducción del aire, llegando a ser incluso algo doloroso en las zonas más compactas y afectadas, donde el gas encuentra más impedimento para circular.
La duración de cada sesión oscila entre los quince y treinta minutos, dependiendo de la extensión del área a tratar. Se recomienda una media de doce a quince sesiones, en intervalos semanales, que pueden combinarse con otros adiós a la piel de naranja. Como en cualquier intervención, este tratamiento debe ser realizado por un médico, que es quien está capacitado para realizar las inyecciones pertinentes. Pinche aquí si quiere saber cómo elegir un buen cirujano estético, con garantías y sin riesgos.