Fuera tóxicos
También hace mención a la evitación y/o abandono de hábitos tóxicos, especialmente los más habituales y aceptados socialmente, como son el tabaco y el alcohol. Si no se consumen, mucho mejor, solo hay que continuar igual.
“El consumo de tabaco es conocido como perjudicial por elevado riesgo a padecer cáncer de pulmón, al igual que otros problemas respiratorios, vasculares y, sobre todo, por el nivel de dependencia que genera, influenciando o condicionando nuestras acciones de vida. Pero también sucede con los vapeadores y sustancias inhaladas a nivel pulmonar”, nos explica la experta, que añade los beneficios de no consumirlo o de su abandono:
-Mejoras a nivel respiratorio (desde saturación oxigeno como sensación de respirar mejor), por lo que habrá mayor sensación de energía.
-Reducción o prevención de riesgo cardiovascular.
-Disminución del riesgo de padecer cualquier cáncer.
-Fortalecimiento del sistema inmunitario.
-Recuperación de sentidos como olfato y gusto.
-Evita que otros sufran tabaquismo pasivo.
-No limita acciones por no poder fumar.
Eso sí, es evidente que es un paso importante y que puede precisar un apoyo especializado. Una buena opción es acudir a la enfermera de familia y exponerle la motivación de abandono de tabaco para que ella le ayude en las diferentes fases del proceso.
“Por otra parte, el consumo de alcohol tampoco es beneficioso para la salud en ninguna cantidad o tipología. Se ha demostrado en diferentes investigaciones científicas que cualquier medida de consumo de alcohol es perjudicial, pues va a alterar siempre los neurotransmisores, además de que en función de la cantidad puede repercutir a nivel psicológico y físico, llegando a crear dependencia. En resumen, no hay cantidades saludables de alcohol. Por suerte, se disponen de diferentes alternativas a día de hoy que pueden sustituir este componente y bebidas refrescantes e imaginativas en verano, que supone una mejora de la hidratación real y adecuada”, nos sugiere.