¿Qué peligros tiene?
Sabemos que la grasa localizada en el abdomen es metabólicamente más peligrosa para la salud, ya que nos predispone mucho más a sufrir enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión, las afecciones cardiovasculares o algunos tipos de cánceres, aumentar la probabilidad de padecer apnea del sueño y elevar el riesgo cuando nos sometemos a una operación. La mayor parte de la grasa de esta zona es visceral, un tipo de grasa que rodea vísceras como el hígado, y que puede afectar a su correcto funcionamiento.
Podemos medir el contorno abdominal que tenemos para saber el riesgo que puede suponer en nuestra salud, ya que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció un límite por encima del cual la probabilidad de padecer alguna de las enfermedades comentadas es importante. Para ello, tenemos que ponernos de pie con las piernas juntas, inspirar y exhalar aire con normalidad y con una cinta métrica medir el contorno de cintura (unos 2 dedos por encima del ombligo). Si éste es igual o superior a 102 cm en los hombres, o igual o superior a 88 cm en las mujeres, estaríamos hablando de obesidad abdominal.
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