Sentirse cosificado
El último síntoma es el de sentirse cosificado por la sociedad, es decir, poco humano, ya que absolutamente nadie se hace cargo del dolor que padece una persona con TEPT. La sociedad tiende a “revictimizar” a la víctima, esto es, la culpa o responsabiliza de lo ocurrido y, sobre todo, del cómo ha interpretado lo ocurrido, tanto en intensidad, como en frecuencia y duración. Por ello, estos pacientes se sienten totalmente incomprendidos y necesitan seguir a la búsqueda de alguien o algo que les lleve de la mano y les diga: “Te entiendo y caminemos juntos”.
La especialista nos cuenta que, ante la falta de empatía de la sociedad, pronunciando frases como “pasa página”; “ya ha pasado mucho tiempo”; “haz tu vida normal ya”; etcétera, el paciente se siente aún más culpable de su malestar. Es donde percibe que ha sido maltratado dos veces: la primera vez, por el estímulo que produjo el trauma; y la segunda vez, por la reacción del resto de los humanos por no entender absolutamente nada de su proceso y lo devastador que ha sido para ellos y su vida.
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