El documental de Harry y Meghan continúa causando furor y son muchos los que tienen el corazón dividido entre los duques de Sussex y la Casa Real inglesa. En él tanto el Príncipe como la exactriz cuentan su historia y su verdad, sin embargo, cada una de las escenas está estudiada al milímetro y aunque tanto el Harry como su mujer intentan presentarse comos dos “personas reales”, nada de lo que cuentan o se ve a lo largo de las diferentes secuencias es normal ni corriente, como tampoco lo es el vestuario de Meghan , seleccionado con dedicación y esmero, tal y como pasamos a detallar a continuación.
A pesar de que la duquesa de Sussex repite en más de una ocasión que no tiene ni idea del poder que tiene la ropa, sus atuendos a lo largo del documental podrían llegar a convertirse en una clase magistral de moda. Y aunque hay muchos recuerdos de los looks que lució en las grandes ocasiones reales, también hay atuendos nunca antes vistos, que la exactriz luce en vídeos caseros o escapadas privadas poniendo de manifiesto que su sencillez no es tan natural como parece.
Una de las escenas que más han llamado la atención del documental de Netflix es cuando se muestra a Meghan acurrucada en un sillón de su casa de Montecito, en California, mirando su teléfono. Sin apenas maquillaje y con el pelo recogido en un despeinado moño, la Duquesa viste un improvisado conjunto compuesto por un jersey de lana y un pantalón de pijama, cuyo precio asciende a la nada despreciable cantidad de 232 euros pues es de la marca de culto neoyorquina La Ligne. Pero si hay algo que causa impacto en esta secuencia, es la manta de Hermés que descansa en el respaldo del sillón, que se ha convertido en viral y que tiene un valor aproximado de 1.600 euros.
Pero si este momento casero de la duquesa ha dado mucho que hablar, también ha sido muy comentado la escena en la que Meghan alimenta a las gallinas en una de las zonas de su enorme jardín mientras lleva a la pequeña Lilibeth en un portabebés y luce un elegante pijama de la marca Eberjey valorado en 161 euros.
Consciente en menor o mayor medida del llamado ‘efecto Meghan’, concepto que se comenzó a usar debido a la inmediatez con la que se agotaban los estilismos que lucía, la que fuera protagonista de la serie Suits ha usado este fenómeno para echar un cable a algunas de sus amigas, como la diseñadora Misha Nonoo de quien usa una de sus camisas (de 242 euros) cuando sale de la ducha con lágrimas en los ojos y el pelo envuelto en una toalla.
También hay instantáneas de sus escapadas de chicas antes de que conociera a Harry y aunque se muestra mucho más despreocupada por su aspecto, lo cierto es que, Meghan siempre ha sido muy hábil a la hora de elegir sus estilismos , conociendo a la perfección que es lo que le favorecía y que no, aunque a veces no le quedara más remedio que adaptarse a las circunstancias.
Meghan habla de los ‘protocolos’ reales que supuestamente desconocía, mientras que Harry hace mención de aquellos ‘protocolos inventados’ que algunos medios de comunicación impusieron a la Duquesa, haciendo referencia a sus peinados, a las medias o a si debía enseñar o no los hombros.
“Al unirme a esta familia, sabía que había un protocolo sobre cómo se hacían las cosas”, explica Meghan, pero señala que nadie le enseñó esas normas. “No hay ninguna clase en la que alguien diga siéntate así, cruza las piernas así, usa este tenedor… usa este tipo de sombrero” afirma. “Eso no sucede” añade. Sin embargo, y a pesar de eso, la duquesa de Sussex deslumbró con sus estilismos. Imposible olvidar el momento en el que Meghan y Harry comparten acto por primera vez junto a Guillermo y Kate con motivo de la celebración del Foro de la Fundación Real en 2018, en aquella ocasión la Duquesa echó el resto y se decantó por un glamouroso diseño de de 1.750 euros de Jason Wu, mientras que Kate, embarazada de su segundo hijo, eligió un vestido premamá de de la marca comercial Seraphine.
“La mayor parte del tiempo que estuve en el Reino Unido, rara vez usé ropa de color”, explica Meghan en el documental. “Según tenía entendido, nunca puedes usar el mismo color que Su Majestad si hay un evento grupal, pero tampoco deberías usar el mismo color que uno de los otros miembros más antiguos de la familia”. ¿Su solución? Vestir con los tonos beige, marrones, marinos y blancos que, en su momento, alababa la prensa de moda. “Yo pensaba, bueno, ¿cuál es el color que probablemente nunca usarán? Camel, beige, blanco. Así que usé muchos tonos apagados, pero también era solo para poder pasar desapercibida. No quería sobresalir y trataba de hacer todo lo posible para encajar” señala Meghan.
Por eso, y tal como se muestra en la producción, cuando volvió a Estados Unidos, la duquesa de Sussex puso de nuevo color a sus estilismos, sobre todo tal y como se muestra en la elección de su vestido para acudir a la gala Salute to Freedom en marzo de 2022, donde el propio director creativo de Carolina Herrera, Wes Gordon, fue a su hotel en Nueva York para ajustarle personalmente su espectacular diseño rojo .
Aún queda mucho que analizar en el armario de Meghan, pues cada uno de sus atuendos parece guardar una historia, aunque ella no lo vea así, a fecha de hoy podemos afirmar que cuenta con un guardarropa digno de una estrella de Hollywood.
