"A otra gran parte de amigos les dejamos una tira de imanes personalizados en las que salían compartiendo momentos con nosotros durante estos años. Preparar estos regalos fue muy bonito, porque mientras buscábamos las fotos, íbamos recordando todo lo que habíamos vivido con cada uno.
En el momento de dar los novios a las dos parejas con las que queríamos tener ese detalle, decidimos no “agobiar diciendo soy los siguientes”, sino que quisimos poner en valor a esa pareja y les hicimos un cuadro con la etimología de ambos y su personalidad según el número de Kua del Feng Shui, cuadros que estaban inspirado en uno que me encantó de PilsFerrer.
Cuando llegábamos mi padre y yo en el coche a la iglesia, me emocioné muchísimo al ver a toda nuestra gente esperando para acompañarnos en ese día tan especial para nosotros. La entrada a la iglesia del brazo de mi padre. Fue uno de los momentos más bonitos que recuerdo de ese día. En la iglesia, una de mis mejores amigas desde la universidad, y que canta como los ángeles, cantó la canción de Hallelujah de Leonard Cohen (sólo lo sabíamos Noel y yo) y fue otro momento súper bonito. Las lecturas de mi tía y mis mejores amigas con las que nos reímos y emocionamos muchísimo.
Para nosotros lo más especial de aquel día fue que estábamos celebrando el amor, nuestro amor, junto con toda la gente que es importante para nosotros: familia y amigos que nos han acompañado durante estos años, muchos en la distancia, pero que pese a eso hay un vínculo especial".
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