No bases tu autoestima solo en tu peso
La autoestima tiene que ver con la valoración favorable o desfavorable que hacemos de nuestra imagen. Es decir, si por ejemplo el hecho de definirnos como delgados nos gusta (“Tengo un tipo muy estilizado”) o nos parece que somos unos enclenques o esmirriados. También si estamos a gusto con nuestro físico “curvie” o, por el contrario, nos hace sufrir porque lo consideramos sobrepeso. Nuestra identidad se compone de muchas facetas, tanto en referencia a nuestro físico como a nuestra personalidad o manera de ser. Esto quiere decir que tenemos muchos rasgos o características positivos que pueden alimentar nuestro autoestima aunque algunos aspectos de nuestro físico no acaben de convencernos. Puede que tu peso no sea el adecuado, pero fíjate también en cómo son tus ojos, sonrisa, pelo, piel, voz, manos, etc. Y pon atención también a tus otras cualidades: inteligencia, sentido del humor, sabiduría, talento...
- Leer también: Perder peso: dietas para adelgazar que sí son saludables