Puede presumir de haber acercado el yoga a muchas personas, a través de su gran comunidad. Su estilo didáctico y cercano convierten a Xuan Lan en uno de los referentes en esta disciplina y sigue buscando nuevas formas de acercarla a todos aquellos que quieren mejorar su calidad de vida. Su último proyecto ha sido una colaboración con Meliá Hotels & Resorts. La propuesta es de lo más tentadora, pues incluye sesiones presenciales de yoga en un grupo de hoteles seleccionados, desde el 1 de junio, impartidas por instructores certificados de Meliá formados bajo los estándares de calidad de Xuan Lan. Además, los huéspedes encontrarán en sus habitaciones contenidos exclusivos de yoga para practicar en cualquier momento del día: rutinas activas por la mañana (Active Yoga) y ejercicios suaves de relajación al atardecer (Sunset Routine).
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Sin duda, una buena opción para disfrutar, por ejemplo, de las puestas de sol veraniegas. Uno de los establecimientos que ofrece este programa de yoga y mindfulness es el Hotel Meliá Cala Galdana, un alojamiento situado en uno de los enclaves más privilegiados de Menorca, que se erige sobre una espectacular cala de aguas turquesas y arena blanca, rodeado por un entorno natural protegido. Sin duda, un escenario de lujo en la isla balear para vivir una inolvidable experiencia de yoga junto al mar, siempre presente.
Al comienzo en el mundo del yoga, fue mucho trabajo de introspección, de análisis de mi propia personalidad y de autoconocimiento
Los comienzos de Xuan Lan en el mundo del yoga
Aprovechando esta colaboración, hemos tenido la oportunidad de tener una agradable charla, con el Mediterráneo como testigo a través de los grandes ventanales del hotel situado en el término municipal de Ferreries, con la gurú del yoga. Nos cuenta que descubrió la disciplina hace ya un cuarto de siglo, en el año 2000, cuando vivía en Estados Unidos y lo hizo un poco por casualidad. Iba a clase una vez a la semana y cuando la vida la llevó a establecerse en España, tuvo que ponerse manos a la obra para buscar estudios que impartieran clases de yoga, pues no había tanta oferta como existe en la actualidad. “La gente sabía poco sobre el yoga aún y, además, yo trabajaba en paralelo. Tenía un trabajo en un banco, con lo cual tenía horarios bastante largos. Iba muy temprano por la mañana para estar a las nueve en punto en la oficina. Gracias a una profesora que conocí, empecé a hacer más yoga cada día. Me daba realmente este equilibrio en ese momento de intensidad por las jornadas laborales muy largas de esta época, en la que estaba rodeada de gente muy joven, muy competitiva”, nos cuenta en una de las agradables mesas del exclusivo espacio The Level del hotel.
De los retiros de yoga en vacaciones a dar sus propias clases
Pero Xuan nos deja claro que el gusanillo del yoga ya le rondaba. “Me gustaba tanto que dedicaba mis vacaciones a ir a retiros de yoga, los fines de semana a hacer talleres y a conocer nuevos profesores, además de a formarme”, apunta. Tanto es así, que acabó dando clases a sus compañeros del banco aprovechando las horas de medio día. “Me di cuenta de que se me daba bastante bien, que lo disfrutaba mucho. El feedback también era muy bueno y, por supuesto, es algo más que entra en mi vida. Además de gustarme el yoga, podía dedicarme a dar unas clases”, apunta Xuan Lan. Un coach la ayudó a darse cuenta de que ese era el camino. “Al comienzo, fue mucho trabajo de introspección, de análisis de mi propia personalidad y de autoconocimiento”, reconoce. Aunque hubo mucho vértigo, eso sí. La educación que había recibido y las creencias limitantes que la habían rodeado tal vez la impedían pensar en dedicarse al yoga de forma profesional. Pero, como ella misma dice, “esta semilla creció”. Con el apoyo de su marido, dejó su trabajo fijo y se lanzó a crear su propio proyecto relacionado con el mundo del yoga.
Los comienzos fueron intensos, pues fueron meses de dar muchas clases diarias. Pero Xuan siguió pensando en cómo avanzar y acabo organizando eventos masivos de yoga. “Empecé a descubrir mi propio propósito, la divulgación de la práctica de yoga para que más personas puedan disfrutarlo como yo lo he disfrutado durante muchos años”, nos dice. Desde entonces no ha dejado de crecer: un blog, eventos, varios libros de yoga, una plataforma con contenidos de bienestar… Cuando hablamos con ella, no tenemos ninguna duda de que su cabeza sigue pensando, sigue creando, sigue buscando nuevas opciones para seguir creciendo.
Y en las clases que imparte sigue mostrando su pasión. Lo podemos comprobar en la sesión que imparte junto a la piscina infinita del Meliá Cala Galdana, donde se preocupa porque todos los participantes estemos cómodos y disfrutemos de la experiencia. “Me encantan las clases, es lo que más disfruto, pero soy incapaz de dar 10 al día, porque lo he hecho ya antes, y no consigo dar lo mejor de mí. Me encanta el contacto con la gente, ver que se siente mejor al salir de clase, ver salir la sonrisa que tienen, la energía de cada persona. Estoy súper atenta a cada persona, aunque sea una clase a gran escala, intento acercarme a las alumnas”, nos dice.
Me encanta el contacto con la gente, ver que se siente mejor al salir de clase, ver salir la sonrisa que tienen, la energía de cada persona
Todo lo que el yoga nos puede aportar
Una de las dudas que nos surge es qué cambios notó Xuan cuando empezó a practicar yoga, y lo cierto es que explica que no cambió mucho. “No noté cambios de un día para otro porque no tenía una necesidad concreta, sino que sencillamente lo descubrí, me pareció interesante. A pesar de trabajar en un determinado momento en unas jornadas larguísimas, en un ambiente muy competitivo, con sobrecarga de trabajo y un poco de estrés, realmente nunca he padecido de problemas de síntomas graves de estrés, gracias a la práctica de yoga. El yoga siempre me ha acompañado para mantener una cierta armonía entre lo profesional, lo personal, lo emocional y lo físico”, nos dice.
“Hay gente que espera una respuesta inmediata. Algunas personas lo consiguen, pero no siempre tienen un efecto a largo plazo. Tú sales de una clase, y piensas ‘qué bien me ha ido, lo tengo que hacer mañana’. Pero vuelves a tu casa y no lo haces”, nos comenta. Le da, además, especial importancia a un aspecto que no siempre cuidamos: la prevención. “Hay que prevenir el estrés. Cuando empiezas a notar las señales, tienes que buscar algo que te ayude, no solo descargar, sino prevenir. El yoga tiene muchos beneficios para todos. ¿Tienes dolor de espalda? Pues te puede aliviar. ¿Estás estresada? Pues el hecho de escuchar mi voz y no estar pensando en sus preocupaciones durante una hora, respirar, te puede ayudar. Pero es verdad que si no lo haces regularmente, vuelves para atrás”, indica.
“Es un paso adelante, un paso atrás. Pero si lo haces regularmente, son dos pasos hacia adelante. Por eso, para mí, es muy importante intentar enganchar a la gente para que se cuide y yo les doy todas las herramientas. El yoga puede ser más meditativo, menos meditativo, más físico, menos físico. No hay una lista fija de beneficios de practicar yoga, hay diez páginas”, nos cuenta.
El yoga como estilo de vida
Cuando le planteamos si todo el mundo puede hacer yoga y lo tiene muy claro: “Hay embarazadas, hombres, mujeres, deportistas, gente que no hace deporte y gente mayor, gente que tiene lesiones... Todo el mundo puede hacer yoga y a todo el mundo le va a aportar algo, pero este algo va a ser distinto en función de cada persona”.
“Para mí, el yoga es un camino de vida, un estilo de vida, una filosofía de vida, no se trata de que de hoy para mañana se arregle el dolor y vuelvas a hacer lo mismo que antes”, nos cuenta Xuan Lan.
Pero llega, claro, la pregunta del millón: ¿hay algún secreto para enganchar? La experta es consciente de que hay gente que piensa ‘el yoga no es para mí, me parece aburrido’. “Hay que querer entrar en la introspección y en escucharse, y no todo el mundo está en esa etapa de su vida. Es verdad que la meditación, la auto escucha, el autoconocimiento te hacen llegar a cosas como traumas de la infancia, autocrítica, cosas que en ese momento de tu vida tú no quieres escuchar. Tal vez tu objetivo en ese momento, lo que quieres conseguir, es un core fuerte, una buena espalda, una buena postura. Esto es válido, pero para crecer como persona, para ser una mejor versión de ti mismo, hay un momento en el que te tienes que escuchar e indagar un poco”, sugiere. “Yo aconsejo hacer este camino porque es muy interesante, es muy bonito y no es traumático. Pero sé que hay personas que dicen, ‘no, yo esta caja no la abro’, solo quiero que mi cuerpo esté en forma. Es una elección”, reconoce.
Todo el mundo puede hacer yoga y a todo el mundo le va a aportar algo, pero este algo va a ser distinto en función de cada persona
El yoga como conexión
Xuan Lan nos explica también que lo que marca la diferencia para saber si el yoga es bueno o no es el hecho de que tu profesor sea capaz de llevarte a hacerte unas buenas preguntas. "Conectar con tu cuerpo, conseguir la conciencia corporal no es nada fácil. La gente está perdida porque no está acostumbrada a estar con su cuerpo, está acostumbrada a repetir un movimiento mecánico de correr, de nadar, de montar en bicicleta. Pero de repente, le cambias algo, y no sabe ni dónde tiene la mano derecha. Se trata de empezar a descubrir que tu propio cuerpo es una herramienta de bienestar, porque la respiración lo es, porque la alimentación lo es, porque el trabajo mental a través de la meditación lo es. Se trata de cuidar un poquito más este conjunto. Para mí, la salud y el bienestar holístico nos permiten vivir mejor y más tiempo”, afirma. En su caso, Xuan Lan afirma que el yoga le ha hecho mejorar en todos los aspectos de su vida.
Le planteamos que defina el yoga con una sola palabra y apenas duda: "Conexión". ¿El motivo? “Lo puedes conectar con muchas cosas, contigo mismo, con la gente, con la naturaleza, con la energía. Estamos muy desconectados, estamos conectados a lo digital, que no es una conexión, es una adicción. No sabemos reconectar con la naturaleza, es algo que hemos perdido”, detalla.
Con qué frecuencia practicar yoga según Xuan Lan
Nos da, además, un consejo práctico: si estás empezando en esto del yoga, Xuan Lan recomienda que pruebes a hacerlo dos o tres veces por semana, y no tiene que ser una hora completa, puede ser durante 40 minutos. Las plataformas on line han supuesto un gran avance en este sentido. “No todo el mundo tiene acceso a buenas clases de yoga o yoga para principiantes cerca de su casa. Mucha gente vive en pueblos y no tiene esta oportunidad. Entonces la opción es que puedes hacerlo en casa. Yo me aseguro de que los profesores con quienes trabajo y con quienes grabo tienen buena certificación”, nos cuenta.
En su opinión, no hay excusas para no probar. Por eso, le preguntamos qué le diría a alguien que se han planteado que ya ha llegado su momento y que quiere probar a hacer yoga, pero que no sabe por dónde empezar. “Yo diría que lo más importante es que conecte con profesor”, nos dice. Y recomienda hacer, al menos, tres clases. “En la primera práctica, no solemos tener buena opinión. Tienes muchas expectativas, te pones mucha presión para hacerlo bien. En la segunda ya sabes de qué va. Entonces te empiezas a relajar, no te sientes observado. Y es en la tercera clase cuando ya te relajas mentalmente, desconectas de lo que tienes que hacer, empiezas a escuchar al profesor de otra manera y ahí es cuando dices ‘es para mí o no es para mí’. Este paso de tres clases con el mismo profesor te permite saber si el yoga es algo que te conviene en este momento de tu vida”, nos cuenta.
Dar tres clases con el mismo profesor te permite saber si el yoga es algo que te conviene en este momento de tu vida
La influencia de las 'celebrities' en la popularidad del yoga
En este boom que ha vivido el yoga, Xuan Lan es consciente de que han tenido mucho que ver las celebrities que no dudan en compartir en entrevistas o en publicaciones en redes sociales que practican yoga. “Pienso que le ha dado visibilidad y le han quitado mitos. En general, cuando las famosas hacen algo, la gente ya empieza a mirarlo con lupa. Ellos son creadores de tendencias. Son los influencers de verdad. Y los medios de comunicación le han dado repercusión. Además, el yoga llega a las publicidades y en la televisión, en cualquier momento, vemos una chica haciendo una postura de yoga. Para mí no es una moda, es una visibilidad que le faltaba. No es una tendencia, es simplemente que está en auge, se está desmitificando”, nos dice Xuan, que afirma que ella no concibe su vida ya sin yoga. “Puede ser que por un motivo personal haya personas que dejen de hacer yoga, pero suelen volver o saben que ahí lo tienen, y que en cualquier momento lo pueden retomar. Pero a mí el yoga me ha aportado tanto que no puedo imaginar mi vida sin yoga”, nos detalla. Y eso mismo ha conseguido con muchos alumnos que han hecho del yoga una parte imprescindible en su vida gracias a Xuan Lan.