Posturas de yoga

Postura de la silla: una asana de yoga buena para tu espalda y tus piernas

Ayuda a trabajar también la musculatura de los glúteos y es una buena alternativa si pasas muchas horas sentada

por Pilar Hernán
postura de la silla

Hay posturas de yoga que nos vienen especialmente bien cuando pasamos demasiadas horas sentados, pues nos ayudan  a poner en acción la musculatura. “El sedentarismo y las posturas forzadas acaban por mermar nuestra salud cervical y lumbar fundamentalmente. Por esta razón, para todos aquellos que teletrabajen, recomendamos realizar una serie de posturas de forma diaria, entre las que se encuentran la postura de la silla o Utkatasana”, recomienda Kamila Bielecka, responsable de yoga & Mindfulness de Royal Hideaway Corales Resort, que nos detalla que es una asana de nivel básico, que ayuda fundamentalmente a trabajar el equilibrio y la resistencia corporal.

“Estamos ante una postura de fuerza o postura poderosa. Es una postura de calentamiento, fortalecimiento y estabilidad, ya que genera ondas de calor y energía que irradian desde abajo hacia arriba del cuerpo. Resulta una forma estupenda de poner a trabajar la musculatura de nuestra espalda, la zona media del cuerpo y de nuestras piernas. Se considera de iniciación en el yoga, en la que se adopta una posición sentada con la espalda inclinada ligeramente hacia arriba y las piernas levemente flexionadas, simulando la forma de una silla”, nos cuenta por su parte su compañera Katia Muñoz Olmo, Wellthy Expert de Royal Hideaway Sancti Petri.

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¿Qué músculos trabaja?

Pese a su relativa sencillez, es una asana muy completa. “Fortalece tobillos, muslos y abdomen y fomenta la correcta posición de la columna vertebral. A nivel mental, practicar habitualmente posiciones de yoga ayuda a reducir el estrés, mejorar el sueño y el humor y ayuda a mejorar la capacidad de concentración”, nos cuenta Bielecka. “Nos ayuda a trabajar de forma isométrica la musculatura de los cuádriceps, fortalece los tobillos, glúteos, los músculos flexores de la cadera y nos ayuda a abrir la zona del pecho y el diafragma”, añade por su parte su compañera.

¿Cuáles son los beneficios que aporta física y mentalmente?

  • Fortalece las piernas, tobillos y abdomen.
  • Estira la columna, los hombros, los brazos y el pecho.
  • Estimula y tonifica los órganos abdominales, el diafragma y el corazón.
  • Relaja el cuerpo y reduce la ansiedad.
  • El cuerpo y la mente se sienten fortalecidos y revitalizados.

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Cómo debes realizarla de forma correcta

  • Hay que partir de Tadasana, colocando los pies juntos y alineados, conectando las piernas y rodillas
  • Alinear las rodillas con la punta de los pies sin sobrepasar nunca las puntas, flexionando ligeramente.
  • Mantener contraído el abdomen manteniendo la espalda recta sin curvatura.
  • Inhala y baja las caderas, flexionando las rodillas como si te sentaras en una silla.
  • A la vez, sube los brazos por los costados hasta unir las palmas de las manos por encima de tu cabeza con los brazos estirados.
  • Mantén las caderas alineadas, el abdomen activo y la espalda estirada.
  • Lleva la mirada hacia las manos y mantén esta postura respirando normalmente durante unos 30 segundos.
  • Si somos principiantes, podemos mantenerla un poco menos e ir aumentando el tiempo poco a poco.

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Una variante con torsión

Hay algunas variantes que también pueden sernos de utilidad. Una de ellas, tal y como nos explica Kamila Bielecka, es Parivritta utkatasana o 'postura de la silla con torsión'. Desde Utkasana, se colocan las manos en posición de oración (mudra namasté) en el centro del pecho y luego se gira hacia un lado (por ejemplo, la derecha) llevando el codo hacia el muslo opuesto (el izquierdo).

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Una variante de nivel avanzado

Y la segunda de ellas es Garudasana,  también conocida como Eagle arm pose, una asana de nivel avanzado. “Durante una rutina diaria de teletrabajo, los hombros y cervicales son las partes más afectadas. Esta postura fortalece y estira tobillos, gemelos, muslos, caderas… Pero, sobre todo, actúa en los hombros y la parte alta de la espalda”, cuenta la experta.

Los pasos para realizar esta postura son:

  • Flexionar ligeramente ambas rodillas.
  • Levantar el pie izquierdo del suelo y, mientras se mantiene en equilibrio sobre el pie derecho, cruzar la pierna izquierda sobre la derecha.
  • Apuntar con los dedos del pie izquierdo en dirección al suelo al lado del talón derecho y colocar el empeine izquierdo detrás del gemelo derecho.
  • Estirar los brazos hacia adelante, manteniéndolos paralelos al suelo y con las palmas de las manos hacia el cielo.
  • Cruzar los brazos de manera que el brazo derecho quede por encima del brazo izquierdo.
  • Doblar los codos e intentar juntar las palmas de las manos justo enfrente de la nariz.
  • Aplicar presión en las palmas de las manos tanto como sea posible, elevar los codos y estirar las manos y los dedos en dirección al cielo.
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