¿Qué plato comerías si fuera el último? Karlos Arguiñano lo tiene claro

El popular chef apostaría por una receta donde los huevos fueran el producto estrella. Así nos lo cuenta en esta entrevista, en la que también nos habla de otras ‘pasiones gastro’: los restaurantes guipuzcoanos que más le gustan; los ingredientes que se llevaría hasta Marte o su debilidad por el vino txakoli, acompañado por un buen queso de su tierra…

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El día nublado no empaña las preciosas vistas que se observan desde las grandes cristaleras de la Bodega K5, en la localidad guipuzcoana de Aia. En un enclave privilegiado, a 300 metros de altitud frente al Mar Cantábrico (desde donde se divisa el ratón de Getaria y la bocana del puerto pesquero de Orio) se ubica el proyecto vinícola de Karlos Arguiñano.

El célebre cocinero vasco soñó un día con lanzar al mercado un buen txakoli; ese vino tradicional del País Vasco elaborado, sobre todo, con la uva blanca local Hondarrabi Zuri y cuyos estándares de calidad han mejorado mucho en los últimos años. Fue así cómo, en 2005, veía la luz K5, dando nombre tanto a la bodega como a su txakoli ‘estrella’.

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Nos han citado aquí para disfrutar de una experiencia muy especial: una cata maridada con los distintos vinos que producen (además del mencionado K5, también elaboran otras referencias como Kaiaren, su vino más premium, o Pilota, procedente de las cepas más jóvenes), maridados con diferentes variedades de los quesos TGT. El cocinero tiene un acuerdo de colaboración con esta empresa láctea, referente en distribución y producción de quesos españoles con distintas Denominaciones de Origen (entre ellas, Manchego, Roncal, Idiazabal, Tetilla, Arzúa Ulloa, Cabrales, Mahón…). Así pues, son algunos de estos sabrosos quesos los que protagonizan dicha cata.

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Amaia Arguiñano (una de las hijas de Karlos y gerente de la bodega, con su padre en imagen inferior) es quien nos recibe en primer lugar, para mostrarnos las instalaciones: una finca con 30 hectáreas en total, de las cuales 15 son de viñedo, y que cualquier aficionado al vino puede visitar; el programa de enoturismo va desde la ‘Visita estándar’ (cuyo precio es de 27 a 34 euros, en función del número de personas que formen el grupo) hasta la más exclusiva de todas, que incluye un paseo en helicóptero.

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Qué rico este txakoli Pilota con este Pazo Do Queixo; Yo, sin embargo, me quedo con el txakoli Kaiaren maridado con el Ronkari; Pues a mí me gusta el K5 de 2014 con el queso de cabra fresco Tío Resti… Cada quien comparte sus opiniones y preferencias 'eno-queseras' durante el transcurso de la didáctica cata… Y entonces llega el maestro.

Ese cocinero humilde, divertido e inmenso comunicador, que atesora por igual el cariño del público como de sus colegas de presión. Egun on!, saluda Karlos, chef incombustible con el que han aprendido a cocinar generaciones enteras y al que rodean unas cifras de vértigo: más de 7.000 programas de televisión a sus espaladas; 11.000 recetas elaboradas; 55 años de profesión, de los que 34 han sido frente a las cámaras; más de un millón de ejemplares vendidos de sus libros, convertidos en best sellers en cuanto salen al mercado…

Oye, Karlos, y de estos maridajes entre los txakolis y los quesos, ¿tú con cuál te quedas? Es solo una de las preguntas que, aprovechando la ocasión de esta cata, hacemos al célebre cocinero. Si eres amante de la buena mesa y tienes prevista una escapada a Guipúzcoa, toma nota porque, además de organizar una visita a sus bodegas, quizá puedas también reservar mesa en alguna de sus direcciones favoritas para comer de maravilla por su tierra…

¿Cuál es tu momento perfecto para disfrutar de un buen txakoli?

Me gusta tomarlo a la hora de la comida o de la cena, y siempre en buena compañía. ¡Eso es fundamental!

Hemos visto que el txakoli hace una gran pareja de baile con el queso. Pero, si tuvieras que elegir, ¿cuál sería tu combinación ideal?

Yo me decantaría por nuestro txakoli K5 y lo acompañaría con un queso Idiazabal curado y ligeramente ahumado.

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¿Qué platos nunca faltan en las grandes celebraciones en casa de los Arguiñano?

Ensaladilla rusa, croquetas y pollo asado.

Si fuera tu último plato en este mundo, ¿qué comerías?

Yo diría que un plato a base de huevos. ¡Con cualquier cosa!

¿Tienes un pintxo vasco favorito?

¡Uy, muchos! Pero mira, el primero que me ha venido ahora a la cabeza: los morros de La Espiga, en San Sebastián.

Hablando de tu tierra, ¿nos recomiendas (además de tu restaurante), alguna dirección en Guipúzcoa que te guste especialmente?

Como restaurante, me gusta mucho Elkano, en Getaria. Para pintxos, el Bar Antonio, en San Sebastián. Y para los más golosos, en Zarautz, la pastelería JA.

Te envían a Marte sin billete de vuelta y solo te puedes llevar tres ingredientes en la maleta, ¿cuáles serían?

Aceite, pan y huevos. Mejor si son unas cuantas gallinas con un gallo. De esta forma me aseguro huevos y pollo para mucho tiempo… [ríe]

Llegue cuando llegue ese momento… ¿hay alguna receta que te gustaría preparar en tu último programa de televisión?

Una sopa de ajo de primero y unas alubias blancas con cuello de cordero.

Entre los favoritos gastro de Arguiñano en Guipúzcoa: los pescados de Elkano, los pintxos de Antonio Bar, los morros de La Espiga y los dulces de JA (pastelería dirigida por su hijo Joseba).

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