© GettyImages Príncipe Harry y Meghan Markle

El propio obispo de Canterbury, Justin Welby, tuvo que aclarar en un comunicado que él no celebró ninguna boda en secreto

Contradicciones, inexactitudes y desmentidos de la explosiva entrevista de Harry y Meghan

Algunas de las declaraciones que los Duques de Sussex ofrecieron a Oprah Winfrey han quedado en entredicho después de un intenso escrutinio mediático

La explosiva entrevista de Harry y Meghan ha dejado muchas verdades a medias y, también, desmentidos. No todo era verdad y algunas de sus declaraciones, en las que han incurrido en contradicciones e inexactitudes, han quedado en entredicho después de un intenso escrutinio. La Reina ya lo dejó claro en su comunicado cuando dijo que “los recuerdos pueden variar”.

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Harry y Meghan durante su entrevista con Oprah Winfrey, en Montecito, California.

Cinco puntos clave:

1. La boda secreta que no existió

Uno de los ‘bombazos’ de la entrevista fue cuando Meghan contó a Oprah Winfrey que, “tres días antes de nuestra boda, nos casamos. Nadie lo sabe... Llamamos al arzobispo y le dijimos: ‘Este es un espectáculo para el mundo, pero queremos que nuestra unión sea entre nosotros’”. Pero no era cierto. De hecho, fue el propio arzobispo de Canterbury, Justin Welby, la segunda autoridad de la Iglesia, después de la Reina, el que, ante la delicada situación en la que le había colocado la duquesa de Sussex, quiso aclarar lo sucedido. Así, y en un comunicado, matizó que lo único que tuvo es “una conversación privada con la pareja en el jardín sobre la boda, pero les puedo asegurar que no se celebró ninguna boda hasta el evento nacional televisado”.

Aunque muchos ya habían cuestionado de inmediato la legitimidad de esa boda, en base a las reglas de un matrimonio anglicano en el Reino Unido, no fue hasta que Justin desmintió rotundamente lo declarado por Meghan cuando, finalmente, un portavoz del matrimonio aclaró que solo habían intercambiado votos personales antes de su boda oficial.

2. Archie, sin título de Príncipe

En otro momento de la entrevista, la duquesa de Sussex dijo que a su hijo, Archie, se le negó ser príncipe por cuestiones raciales, “cuando es su derecho de nacimiento”, y que no fue “una decisión nuestra”, desmintiendo así que habían sido ellos los que habían renunciado... Pero tampoco es cierto. De acuerdo con la ley de 1917 sobre qué títulos pueden ostentar los familiares de la Reina, solo el príncipe Guillermo y su hijo mayor, el príncipe George, como bisnieto de la monarca en la línea directa de sucesión al Trono, tenían derecho a ser príncipes. Bien es cierto que, en 2013, antes del nacimiento de George, la Reina modificó la ley e incluyó también a sus hermanos. Isabel II podría haber tenido este gesto con Archie, aunque, de sus nueve bisnietos, solo lo son los tres hijos de unos futuros Reyes, los duques de Cambridge, pero, quizá, no lo consideró necesario. Algún día, cuando su abuelo el príncipe de Gales se convierta en Rey, sí lo será por derecho.

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El día que presentaron a su hijo, Archie, en Windsor (8 de mayo de 2019).

3. Entrega de pasaporte y llaves

Meghan declaró en la entrevista que, cuando se unió a la familia, “esa fue la última vez que vi mi pasaporte, mi carnet de conducir, mis llaves”, y que no volvió a tener este documento hasta su renuncia y su mudanza a California. Una afirmación que también niegan rotundamente los medios ingleses, ya que toda la Familia Real, excepto la Reina, necesita sus pasaportes para salir al extranjero. Además, y como prueba, alegan que, desde que comenzó su relación con el príncipe Harry, la duquesa visitó 13 países. Entre ellos, y sin contar viajes oficiales, Italia (dos veces), Francia, Países Bajos y Estados Unidos (también dos veces).

La duquesa también contó que se sentía aislada en el palacio de Kensington, ya que “no podía ni salir a almorzar con mis amigas”. Afirmación que también han desmentido los medios, confirmando que la duquesa podía salir y entrar a su voluntad, aportando un sinfín de imágenes suyas en pubs, spas y restaurantes.

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Una imagen de Meghan con su pequeño en Ciudad del Cabo (Sudáfrica), cuatro meses después de presentarlo a la sociedad.

4. Sabía poco de la Familia Real

La duquesa le dijo a Oprah que no creció “sabiendo mucho sobre la Familia Real” y que “nunca busqué a mi esposo en Internet”. Un comentario que no pasó inadvertido, ya que fueron muchos los que calificaron de poco creíble esta historia. Más a sabiendas que dos amigas de juventud ya lo habían desmentido en Daily Mail . Según estas, Meghan estaba “obsesionada con ser la Diana 2.0”, había visto una grabación de la boda del príncipe Carlos y Diana y tenía un ejemplar de Diana: su verdadera historia, el explosivo libro de Andrew Morton donde la princesa contó el infierno que había vivido en su matrimonio.

No solo eso, varios medios informaron que Meghan Markle había hablado de la boda de los duques de Cambridge en una publicación antes de convertirse en duquesa. Y la propia Meghan reconocía en la entrevista que, antes de conocer a su marido, ya era amiga de la princesa Eugenia de York.

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Los duques de Sussex el día de su verdadera boda (19 de mayo de 2018).

5. No formación como royal

La duquesa se refirió a sí misma como “hija única” y afirmó que la última vez que vio a Samantha Markle “debe haber sido al menos hace dieciocho o diecinueve años”, pero su hermanastra también refutó esta información, en una entrevista con Inside Edition: “No sé cómo puede decir que no la conozco y que era hija única. Tenemos fotografías de toda nuestra vida juntas”. Y, por supuesto, las mostró. Entre ellas, la de su graduación universitaria, hace trece años.

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El arzobispo Justin Welby, quien tuvo que desmentir a la duquesa tras afirmar esta que, tres días antes, se casaron en secreto.

En paralelo al escrutinio de los medios británicos, la CNN también ha emitido un reportaje de investigación sobre las “inconsistencias” de la entrevista. Así, y contradiciendo la declaración de Meghan, que contó que, a diferencia de otros miembros de la Casa Real, no recibió formación ni instrucciones como royal, la cadena de televisión americana argumenta que “todo el mundo quería que aquello funcionase” y que la Reina, en un gesto sin precedentes, envió a Kensington a la baronesa Susan Hussey, una de sus damas de compañía, y a la modista Angela Kelly, asesora y asistente personal de la Reina, para ayudar a la duquesa en sus deberes.


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