Tiembla 'gin tonic', ¡ha llegado la hora del whisky!

Las versiones 'premium' de esta legendaria bebida cada vez ocupan un lugar más importante en las barras de bares y coctelerías. ¿Cuál es la mejor manera servirlo y degustarlo? He aquí algunas nociones básicas de cata.

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De acuerdo. Tal vez hemos llevado demasiado lejos el título de este artículo. Es cierto que el reinado de los ‘gin tonics’ y ginebras de calidad continúa hoy por hoy gozando de una magnífica salud dentro del mundo de la coctelería. Pero no es menos cierto que otros destilados premium, han ido también ganando terreno en los últimos tiempos, haciéndose un importante hueco en la carta de bares y restaurantes.

Es, por ejemplo, el caso del whisky, mítico espirituoso que encuentra sus más altas cotas de calidad en las destilerías de Escocia y que despierta verdadera devoción entre su (cada vez mayor) ‘legión de fans’. Esta clase de cata que hoy queremos proponerte no está dirigida a todos ellos, grandes conocedores del mundo del whisky, sino más bien a quienes, profanos en la materia, les apatezca adquirir algunas nociones básicas. Y es que, al igual que ocurre con otras bebidas (vino, cerveza, ginebra….), este noble destilado cuenta, como no podía ser menos, con sus propias reglas de servicio, degustación… He aquí una pequeña guía que, a propósito de estas cuestiones, nos ofrecen desde la histórica destilería escocesa ‘Glenfarclas’, productora de exquisitos maltas desde 1865.

¿CUÁL ES LA COPA MÁS ADECUCADA?

Esto dependerá de lo que pretendamos conseguir en el momento de degustar el whisky. Las diferentes maneras de consumir este destilado dependen, en gran parte, de si se desea descubrir sus sabores y aromas, disfrutar su permanencia en el paladar o, por el contrario, sentir el placer refrescante y sutil de la cebada:

-Para ir abriendo boca, lo mejor es empezar con la Glencairn. Este tipo de copa es ideal a la hora de catar el whisky. Se trata de un vaso de cristal desarrollado en 2002 por la empresa escocesa Glencairn Crystal y, actualmente, es uno de los más utilizados. Gracias a su forma permite conocer las notas y aromas de la bebida para que la nariz lo recoja. Su uso resulta muy recomendable si se quiere descubrir los detalles más sutiles de cada whisky.

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-Otra opción para degustarlo es el vaso Tumbler. Si lo que se busca es preparar este destilado con hielo, es el vaso más adecuado. Su robusto diseño le permite aguantar el golpe de los cubitos y mantener la temperatura durante más tiempo.

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-La copa de vino. Un clásico entre las copas de diferentes espirituosos. Los expertos también la recomiendan para retener los aromas y así conocer mejor qué se está bebiendo. Gracias a su mayor abertura en la base, se logra potenciar los aromas del whisky, aunque debe de olerse a cierta distancia si no se quiere que alcohol interfiera.

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¿SOLO O CON AGUA?

Muchos expertos sostienen que es mejor tomarlo solo si se quieren degustar con mayor eficacia las peculiaridades más originales de destilería y los matices de la barrica más escondidos.

Otros recomiendan añadirle un poco de agua, siendo uno de los pocos destilados que lo permiten. Gracias a ello el whisky se abre, ofreciendo distintos matices. Además, diluir el alcohol también facilita que la degustación sea más ligera. Eso sí, el 'corte' con agua debe ser sutil.

HIELO, ¿SÍ O NO?

Añadir hielo a la copa de whisky cierra los aromas y los sabores, en vez de abrirlos. La ingesta será más refrescante y calmada, pero se perderán los matices, sobreponiéndose generalmente los sabores a grano o de la madera, dependiendo del whisky.

SU VERSIÓN MÁS LIGERA

Añadirle soda convierte al whisky en un refresco, siendo ésta la más ligera de las formas de consumirlo, pero la más difícil para apreciar su complejidad.

¿SABÍAS QUE…?

-El whisky se obtiene a partir de la destilación de cereales: cebada malteada, centeno, maíz..., en función de si se trata de una variedad u otra.

-Envejece en toneles, habitualmente de roble. La madera es responsable de su color dorado, de su gusto amargo y seco, y (en parte) de su aroma tostado.

-El paradigma de la calidad es el whisky de Escocia (elaborados con cebada malteada, de ahí el témino whisky de Malta), aunque también existen whiskies de calidad en Irlanda, Canadá, o en EEUU (a base centeno, como el ‘rye’ o de maíz, como el 'bourbon').

-Se distingue entre ‘single malt whisky’, que procede de una sola destilería y el ‘pure malt’, que puede resultar de la unión de varios ‘malt whiskys’. No confundir con los blended, de menos calidad. Éstos últimos son los más extendidos en el mercado y se obtienen a través de la mezcla de un número no inferior a 40 whiskies de malta con whiskies de grano (elaborados con una mezcla de cebada malteada y otros cereales).