Gracias a esta imagen que han publicado los Duques en su cuenta de Instagram, hemos podido ver la escena desde otro punto de vista. Kate estaba sonriente, pero la niña lo estaba aún más. Seguramente no podía creerse que estuviera conociendo a dos miembros de la realeza, como si fueran esos príncipes y princesas que solo aparecen en los cuentos de hadas.
"Fue sola, como una niña mayor", ha dicho orgullosa su madre, Kendenique Campbell-Moss, a la revista People, asegurando que compraron el vestido en Semana Santa el año pasado. "Cuando nos llamaron anoche para que fuera la niña que les entregara las flores, pensé que sería mejor sacarlo y asegurarme de que estuviera perfecto para este gran día", ha dicho.