¿Te estresa la organización de tu boda? Sigue los consejos de nuestros expertos

Los preparativos del gran día pueden minar la relación de pareja, pero hay soluciones que puedes poner en práctica ya

por Estrella Albendea
Cómo organizar una boda sin estrés

Desde que se produce la pedida de mano, los novios inician un ambicioso proceso en el que deben tomar numerosas decisiones. La boda supone una revolución en la vida de la pareja que, si no se gestiona de la manera adecuada, puede convertirse en una gran montaña, un camino que cuesta recorrer y que puede generar asperezas. “El proceso de una boda muchas veces es entendido como un cambio de ciclo en la vida de las personas: un nuevo paso a la etapa del ciclo familiar. Este cambio de ciclo implica un avance desde la construcción de la relación y creación de un vínculo estable, a la formación de nuevos proyectos de pareja. Los preparativos y la creencia de que ese día ‘tiene que ser perfecto’ puede afectar negativamente y provocar estrés y ansiedad en una pareja”, explica la psicóloga jurídica y mediadora familiar Patricia Flor Arasil.

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La aparición de la ansiedad

Las expectativas que los novios tienen puestas sobre sí mismos y sobre el tipo de celebración que desean hacer, puede hacer que los preparativos no se disfruten como se debiera. “Los novios vuelcan toda su ilusión en este día, tienen ganas de disfrutar al máximo y de que todo salga perfecto, y es esto lo que en muchas ocasiones acaba generando un gran nivel estrés o de ansiedad. En las bodas hay muchos detalles que deben organizarse o preverse y no todos los factores dependen de nosotros mismos. Algunos factores como puede ser la meteorología o la actual situación provocada por la Covid-19 no dependen de nosotros, pero nos ocasionan un alto nivel de estrés”, apunta José Antonio Galiani Domínguez, director de Centro Psicosanitario Galiani y psicólogo sanitario.

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La falta de control de diferentes elementos y el hecho de cumplir con cierto nivel de exigencia, al verlo como evento social, provoca que algunos novios manifiesten que casarse no era como ellos esperaban. “Sentir que tienen que cumplir con una serie de requisitos para que sea una celebración a la altura, puede llegar a provocar mucha ansiedad. Es un tema de imagen, de ‘el qué dirán’. Aconsejo no caer en la tentación de satisfacer los gustos de los demás”, indica Lourdes Madero, psicóloga y parte del equipo de AGS Psicólogos. Y continúa puntualizando que la celebración de un enlace supone una oportunidad de mostrar la personalidad y la manera de ser los novios: “por eso, si los mismos tratan de ser quienes no son para satisfacer gustos ajenos, estarán perdiendo autenticidad”.

Identificarlo a tiempo

Llegar a una situación como esta no es cuestión de minutos, pueden presentarse síntomas que anuncien una inminente crisis o situación de estrés. Comenta José Antonio Galiani que es importante prestar atención a los siguientes factores: preocupación constante, irritabilidad o irascibilidad, incapacidad para relajarse, malestar general, trastornos del sueño, cambios en los hábitos alimenticios y/o visión pesimista. 

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Con la llegada de la ansiedad pueden producirse muchos otros problemas de salud, por lo que resulta de vital importancia entender que, desde el momento de elección de la fecha y realización del papeleo hasta el día del enlace, los novios deben centrarse en hacer aquello que sientan. “Un estrés prolongado puede generar un estado emocional caracterizado por agitación, activación y alerta excesiva, pudiendo causar en la persona una ansiedad desadaptativa. Es decir, alto nivel de sintomatología física y emocional que pueden dificultarle las tareas y acontecimientos del día a día y, por consecuencia, en los preparativos y desarrollo de la boda”, manifiesta el experto.

Antes de llegar a ello, conviene poner freno a cada nuevo síntoma y evitar el ‘contagio emocional’ una cuestión en la que profundiza Patricia Flor: “El contagio emocional consigue que la pareja sienta el mismo o parecido nivel de estrés, provocando así mayor tensión en la relación. En momentos así es importante entender qué ocurre, por qué sentimos que tenemos demasiadas cosas que hacer, pero pocos recursos para lograrlo”. Intentar estar menos irritable, hará que la otra mitad de la pareja perciba un cambio y ambos puedan tomarse el proceso con más calma.

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Situaciones con solución

Uno de los problemas a los que los prometidos tienen que prestar más atención es la comunicación entre ellos, entender el alcance y significado que tiene la boda para cada una de las partes. Lo describe así Lourdes Madero: “antes de comenzar a planificar la boda, es necesaria una buena comunicación sobre lo que significa para cada uno de los miembros de la pareja la unión y la celebración. Puede que haya significados diferentes, sin embargo, siempre que haya un nivel de acuerdo y negociación previo a la organización del evento, las posibles diferencias que puedan surgir en la organización, tendrían una solución mas rápida”.

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Reconoce la experta, además, que para muchas parejas puede ser complicado el hecho de que terceros o familiares tomen decisiones sobre su gran día. “Las prioridades del tercero podrían influir sobre las decisiones de la pareja, lo cual derivaría en posibles desencuentros. Establecer límites claros sobre el poder de decisión del tercero, desde el inicio de la organización, puede evitar posibles malentendidos en el futuro”, aconseja. Por otro lado, la falta de wedding planner puede crear la conocida ‘sensación de no control’, al tener demasiadas cuestiones que atender, que puede agobiar a los protagonistas por no llegar a todo: “para evitar sentir que todo se te viene encima conviene hacer una lista de las tareas a ejecutar, estableciendo plazos. Es imprescindible ir de una en una o, a lo sumo, de dos en dos”.

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Consejo profesional 

Explica Patricia Flor que el estrés funciona mediante un sistema cognitivo y un sistema fisiológico. El primero eleva los niveles de cortisol, lo que puede llegar a bloquearnos, sin poder cambiar el foco hacia aspectos positivos que están ocurriendo en ese momento. El segundo suele provocar tensión muscular. “Cuando detectemos que nos encontramos en una situación similar atenderemos estos dos aspectos: fisiológico y cognitivo, en ese orden. A nivel fisiológico, detecta dónde sientes tensión y relaja. Combina esa relajación con la respiración profunda. A nivel cognitivo, en ocasiones, este bloqueo puede cambiar nuestra percepción y hacer ver las cosas peor de lo que son. Te recomiendo que escribas aquello que te está preocupando, o si son quehaceres puedes hacer esa lista también. A partir de lo que hayamos escrito, vamos a darle una solución a cada aspecto: ¿qué puedo hacer yo para sentirme mejor o cómo podemos conseguir hacer esto?”, apunta Patricia, además de recomendar que se converse con la pareja, para evitar llegar a situaciones límite.

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Para José Antonio Galiani Domínguez es impresincibile que los novios se dediquen tiempo a ellos mismos y que tomen conciencia de su respiración. “Otra cosa crucial es mantener una buena higiene del sueño. Los preparativos de una boda pueden durar un largo periodo de tiempo, por ello dormir ocho horas diarias nos ayudará a sentirnos mejor y a llevar mejor los periodos de estrés”, matiza. Recomienda, además, no huir de las tareas y confiar en la red de apoyo (pareja, familiar, laboral, social…) para pedir ayuda. “No pienses en hacer las cosas, hazlas. Cuantas más vueltas le des, más estrés tendrás. La mejor opción es organizarte con objetivos realistas e ir cumpliéndolos poco a poco. Centra tus pensamientos en el aquí y en el ahora, el presente es el único momento que podemos vivir”, recuerda. Porque las mejores armas para disfrutar del proceso son la paciencia y la tranquilidad, palabra de expertos.