La experiencia es un grado
Una relación terminada es una lección aprendida también. Aunque somos el único animal que tropieza en la misma piedra dos veces, es importante saber modificar o cambiar el patrón.
Para ello, es crucial dedicar tiempo a evaluar qué fue lo que no funcionó de la anterior relación, que es lo que no nos gustaba y dónde estuvo el fallo. Cada relación nos hace aprender y si no supimos comunicarnos o sufrimos celos, y eso hizo que la relación se detuviera, la ruptura puede ser un buen momento para tomar consciencia de lo que hemos de mejorar y buscar opciones para aprender y evitar que vuelva a ocurrir de nuevo.
De esta forma, Pilar Guerra considera que es posible que no descubramos qué es lo que queremos de una relación, pero seguro que sabremos qué es lo que no queremos. Así no solo seremos capaces de elegir a una persona diferente, sino que evitaremos caer en los mismos errores durante la relación.
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