Huir del dolor
“La adversidad forma parte de la vida. Es más fácil aprender a convivir con ella que pretender evitarla”, comenta la autora en su libro. ¿Por qué entonces optamos a veces por el camino fácil y nuestra primera tentativa es siempre la de tratar de evitarla? “Tratamos de evitar las situaciones complicadas, aunque forman parte de la vida, porque nos causan dolor y las personas no estamos entrenadas para convivir con el dolor. Vivimos además con esta tiranía de la felicidad, de que tenemos que ser siempre felices, y todo lo que nos duele, como no nos han enseñado inteligencia emocional, tratamos de evitarlo. Y lo que tenemos que entender es que el dolor, los celos, la envidia, la tristeza, forman parte de la vida. Y que, si aprendemos a aceptarlo, a gestionarlo, a escuchar nuestro cuerpo, a entender por qué aparecen, a buscar soluciones, seguramente podríamos convivir con muchas emociones, que normalmente evitamos y con ello las gestionamos de forma incorrecta", nos detalla la terapeuta.
Y es que, en su opinión, es cierto que evitamos el dolor, pero no por eso suele desaparecer, sino que en ocasiones lo que sucede es que se complica aun más el problema. "Yo creo que habría que leer más de inteligencia emocional, trabajar más en la autoayuda, en aprender a conocernos a nosotros mismos para aprender a lidiar con estas emociones, y aprender a reconocer también nuestra parte vulnerable no como un signo de debilidad, sino como la aceptación de esa parte que no puede con todo", concluye.
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