La clave, ¿comer menos?
Nos encontramos, además, con gente que piensa que para adelgazar básicamente han de comer menos... ¿están en lo cierto? “Hay que tener en cuenta que cuando a una persona algo le genera ansiedad puede llegar a bloquearle, a bajar su rendimiento, por lo que es más difícil que consiga el objetivo que persigue. A su vez, el hecho de no conseguir el objetivo, que en este caso es adelgazar, le puede acentuar la ansiedad por lo que entran en un círculo vicioso que empeora la situación”, añade la doctora Mar Mira, que considera que precisamente por este motivo, es fundamental el apoyo psicológico para valorar su nivel de ansiedad, estrés y darles pautas para controlar su estado de ánimo y mejorar la autoestima. Es buena idea, en su opinión, enseñarles trucos para calmar la ansiedad como la respiración abdominal y ayudarles a distinguir entre hambre real y hambre psicológica. “Lo más recomendable es darles unas expectativas muy realistas y poner objetivos a corto plazo, sobre todo si se trata de perder muchos kilos para que puedan ir cumpliéndose porque en caso de no conseguirlo pueden sentirse frustrados y generarles más ansiedad.
"Debe ser una dieta muy planificada, personalizada, que pueda resultarles atractiva, que no sea muy restrictiva, adaptada, trabajando mucho los hábitos alimentarios. Es, además, importante comer despacio y no tener periodos de ayuno prolongados que generan más hambre y que dificulta el control de impulsos cuando nos sentamos a comer. Si llevamos más de 3-4 horas sin comer tendremos la necesidad de comer lo que sea y rápido para calmarnos. Puede ayudarnos la suplementación con magnesio por las noches o complejos vitamínicos que incluyan Vitamina B en su composición durante el día”, explica.
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