Cómo cuidar la guzmania para que decore y alegre el interior de tu casa
Una planta impresionante para tu hogar
La guzmania es una planta tropical con una inflorescencia espectacular y muy original, capaz de llenar de vida y alegrar cualquier interior. La guzmania pertenece a la familia de las bromelias y es una planta con flor que puede cultivarse en el interior y con unos cuidados muy sencillos. Esta planta es originaria de América Central, las Antillas y Sudamérica, con 212 especies aceptadas. Te contamos cuáles son las características, curiosidades y cuidados de la guzmania.
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Características de la guzmania
La guzmania se caracteriza por sus brillantes hojas de color verde oscuro dispuestas en roseta. Al igual que la mayoría de bromeliáceas cuenta con un característico depósito de agua en el punto de inserción de las hojas. Pero lo que más llama la atención de la guzmania son sus inflorescencias, de vistosos colores, que pueden ser rojos, anaranjados, rosáceos o amarillos, dependiendo de las variedades.
La guzmania se compone de un tallo central y unas brácteas arqueadas, dando volumen a la inflorescencia. Entre bráctea y bráctea es donde nacen las verdaderas flores, aunque con poco poder decorativo y algo insignificantes. Una de sus principales características es que, tras la floración, tanto la inflorescencia como la roseta se marchitan, dando paso al crecimiento de nuevos hijuelos.
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Tipos de guzmania
Como hemos comentado, existen más de 200 especies catalogadas de guzmania, aunque las más populares son:
- Guzmania lingulata: es conocida también como estrella escarlata o flor del incienso. Se trata de una especie que prácticamente carece de tallo y que puede llegar a medir 30 cm. Sus hojas son arqueadas, de un bonito color verde intenso.
- Guzmania conífera: puede alcanzar hasta un metro de altura y se caracteriza por sus llamativas inflorescencias, como con forma de piña.
- Guzmania monostachia: alcanza alturas de hasta 40 cm, sus hojas también son alargadas y crecen en forma de roseta.
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Cuándo regar la guzmania
La guzmania es una planta de interior que requiere un riego frecuente, especialmente en verano. Lo ideal es emplear agua de lluvia o descalcificada y echarla en el cogollo y en las axilas –los espacios huecos que hay entre las hojas–, donde cuentan con un depósito de agua que hay que cambiar unas dos o tres veces al mes.
Durante el periodo de crecimiento, riégala también con agua de lluvia o mineral, con menor contenido en cal. En invierno, espacia los riegos, y cada 8 o 10 días sumerge la maceta en agua para dotarla de la hidratación que necesita.
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Con qué tipo de agua regar la guzmania
El problema de regar con el agua del grifo es que tiene mucha cal, que termina por absorber los nutrientes de la tierra y amarillear las hojas. Existen pastillas para eliminar la cal del agua, aunque también hay algún método casero que te ayudará. Así, llena una garrafa y déjala en reposo durante 24 horas. Así, las sales se asientan en el fondo y el cloro se evapora. Después, al regar, tendrás que tener cuidado de no utilizar los últimos centímetros de agua, donde se han quedado estos residuos. Asimismo es importante regar la guzmania con agua a temperatura ambiente, evitando siempre que esté fría.
Dónde colocar la guzmania
Al ser una planta tropical, la guzmania se desarrolla bien en interiores. Ahora, es necesario colocarla en un lugar con mucha luz y cálido, allí donde no le den los rayos directos del sol, ya que podrían quemar la planta y quemar sus hojas. También conviene protegerla de corrientes de aire, tanto frías como calientes. Si las hojas de la planta pierden su característico color verde, es un indicativo de que necesita una ubicación con más luz.
Asimismo, para que se desarrolle bien necesita una atmósfera muy cálida y estar en una habitación con una humedad ambiental alta. Para ello, es conveniente pulverizar la guzmania a diario sobre el follaje, a ser posible con agua no calcárea.
Otros cuidados de la guzmania
La temperatura ideal para que la guzmania se desarrolle está entre 15 y 20 °C, aunque llega a soportar temperaturas superiores, que pueden llegar a los 30 º siempre que la humedad ambiental sea la adecuada.
Para que crezca hermosa, se recomienda aplicar un abono o fertilizante cada quince días desde la primavera hasta finales del verano. Emplea un abono líquido y mézclalo, según las indicaciones del fabricante, con el agua de riego. Aplica un abono que tenga nitrógeno, fósforo, potasio, magnesio, hierro, manganeso, cobre, zinc, boro y molibdeno.
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Cuándo florece la guzmania
Una de las características de esta planta de interior es su particular inflorescencia. Suele aparecer a partir del segundo año de edad. Si alcanza los tres años y aún no ha florecido, puede estimularse la floración metiéndola dentro de una bolsa con una manzana madura. Cierra la bolsa y mantenla así durante una semana. Al madurar, la manzana libera etileno, una hormona vegetal que ceba la guzmania y la incita a florecer.
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Cómo separar la guzmania de los hijuelos
Cuando la inflorescencia de a guzmania se marchita y las hojas se secan, hay que extraer la planta de la maceta para separar los hijuelos. Para hacerlo, retira todo el sustrato que puedas y coge todos los hijuelos que puedas, con cuidado de no romper las raíces.
Después, solo tienes que plantar cada hijuelo en una maceta con un sustrato compuesto por turba (60%), perlita (30%) y humus de lombriz o cualquier otro abono orgánico (10%). Y ya tendrás nuevas guzmanias para alegrar el interior de tu casa.
Los brotes pueden retirarse antes de que la planta se marchite, aunque es aconsejable hacerlo cuando ya estén bien desarrollados.
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Problemas más comunes de la guzmania
- Las puntas de las hojas tienen un tono marrón: son un indicio de falta de humedad. Pulveriza las hojas a diario y mete la maceta en otra de más tamaño con turba mojada hasta que la planta recupere su esplendor.
- Las hojas inferiores están marrones o secas: también son un indicativo de que a la planta le falta humedad. Riega la planta, pero evita encharcarla.
- Las hojas están deformadas y hay insectos verdes: en este caso, la planta sufre una plaga de pulgón. Emplea jabón potásico y moja las hojas.
- Las hojas tienen un color negruzco: es probable a un exceso de humedad. Utiliza papel absorbente para envolver el tallo y que le ayude a secarse, aunque en estas condiciones es difícil recuperarla.
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