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Con la primavera llegó ese momento tan ansiado de poder disfrutar del jardín o la terraza, y de la contemplación de todas las plantas que has cuidado con tanto mimo. Sin embargo, no debes bajar la guardia. Aún has de estar vigilante para mantenerlas sanas en este momento en que acechan multitud de plagas y enfermedades. Hoy te damos los mejores consejos de jardinería para conseguir que tus plantas sigan estando perfectas.

 

Un jardín autóctono

Hay muchas cosas que puedes hacer para proteger tus plantas de plagas y enfermedades, y la primera consiste en elegir especies autóctonas. Puede que te encanten esas especies exóticas tan originales que no suelen crecer en la zona en la que vives, pero has de pensar que seguramente resulten menos resistentes en tu jardín. Lo mejor es apostar por árboles y plantas de la zona, perfectamente adaptadas al clima y al terreno. Eso hará que sean más resistentes y que las plagas las ataquen menos y con menor virulencia.

Una curiosidad: ¿sabías que los pájaros de un determinado lugar prefieren anidar en árboles autóctonos? Eso supone una protección extra, ya que las aves se encargarán de controlar el exceso de insectos, su principal alimento.

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Cuídalas como se merecen

Una planta cuidada es una planta protegida. Si mimas tu jardín y le regalas las atenciones que se merece, las plantas crecerán mucho más sanas. No te limites únicamente a regar y preocúpate de dar a cada especie los cuidados que necesita. Eso pasa por abonarlas y mantener el suelo en buenas condiciones, aportarles alimento o nutrientes, podarlas, trasplantarlas cuando sea necesario, etc. Ten en cuenta que una planta que crece saludable es más fuerte a la hora de plantar cara a las plagas.

Un consejo: procura utilizar abonos orgánicos, de origen animal, como el estiércol o el mantillo. Son más ecológicos y naturales que los químicos. También puedes usar abonos biológicos, procedentes de guano (deposiciones de aves), algas marinas o de otras composiciones animales o vegetales.

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Vigila tus plantas

Aunque estemos ya a mediados de primavera y tus plantas no hayan dado muestras de sufrir plagas ni ninguna otra enfermedad, no debes confiarte. Es importante que las vigiles y te cerciores cada cierto tiempo de que se encuentran bien y no presentan señales de ataques de insectos, ácaros o caracoles. Si lo haces, podrás reaccionar más rápido y solucionar el problema a tiempo.

Y lo mismo sucede con las enfermedades como hongos, bacterias o virus que pueden afectar a tus plantas. Cuando las inspecciones, asegúrate de que las hojas y los tallos están verdes y lustrosas, sin manchas ni perforaciones. Tampoco han de presentar deformaciones o abultamientos.

Un consejo: si encuentras alguna señal sospechosa, pero no sabes qué es lo que puede estar atacando a tu jardín, corta una hoja o haz una foto y llévasela a un experto, en un centro especializado. Seguro que te asesoran sobre la mejor forma de poner remedio al problema.

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Conoce a tu enemigo

Saber a lo que te enfrentas es el primer paso para vencerlo. Por eso es importante que sepas cuáles son las plagas más comunes que pueden afectar a las plantas de tu jardín o terraza. Pulgón, cochinilla, araña roja, orugas, caracoles y babosas… Para combatirlos, en caso de que aparezcan, tienes un amplio repertorio de insecticidas efectivos. El pulgón, por ejemplo, es muy común en hortalizas, por ejemplo, así que estate atento si tienes un huerto en casa. La araña roja, por otro lado, es un insecto microscópico que va formando una telaraña blanquecina sobre las hojas y los tallos. Aparece sobre todo en verano, ya que prefiere los climas secos y calurosos. Para combatirlo necesitarás un acaricida. Ojo con los trips, otra plaga común, que deja unas manchas características en las hojas. En cuanto a los caracoles y las babosas, suelen aparecer en zonas húmedas y resultan muy dañinas. Pueden acabar con un huerto o un jardín en poco tiempo, así que es importante estar alerta.

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Insecticidas para combatir las plagas

Si, a pesar de todas las precauciones que has tomado, tus plantas han sido atacadas por una plaga, se hace necesario buscar un remedio rápido y efectivo que controle la situación. Lo mejor es evitar recurrir a productos químicos que pueden ser tóxicos, y optar por fitosanitarios (productos que previenen y curan las enfermedades de las plantas) de tipo ecológico: eliminarán el insecto que ataca a las plantas sin dañar el medioambiente ni a otros seres vivos.

Un consejo: hay diferentes insecticidas ecológicos en el mercado. El extracto del árbol de nim, de origen asiático, es uno de ellos. Como es de amplio espectro, resulta muy efectivo para controlar diferentes tipos de plagas.

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¿Por qué aparecen las plagas?

No hay una sola razón por la que una determinada plaga hace su aparición en un jardín o en las plantas de la terraza, sino que se trata de un conjunto de circunstancias que derivan en este hecho tan desagradable y dañino. Existen en la naturaleza un sinfín de insectos y microorganismos y eso no es un peligro, ya que su existencia se regula de forma natural por la acción de otros animales y depredadores. Es el ciclo de la vida. Sin embargo, cuando hay un desequilibrio puede aparecer una plaga que, además, se ve favorecida si se dan otros factores: un suelo pobre en nutrientes y contaminado por un exceso de químicos, por ejemplo. Tampoco ayuda el uso desmesurado de abonos, que puede tener un efecto negativo en las plantas, haciéndolas más vulnerables.

Un consejo: controla el riego y no te pases con el agua. La humedad excesiva facilita la aparición de plagas.

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Los hongos, bajo control

Entre las enfermedades más comunes que pueden sufrir tus plantas en esta época del año destacan los hongos. El calor y la humedad (provocada por el aumento del riego) son circunstancias que favorecen su aparición, por lo que es necesario estar alerta y vigilar las plantas para detectar posibles efectos de hongos como el mildiu, la roya o el oídio. Es importante actuar con rapidez aplicando un fungicida en cuanto detectemos los primeros síntomas. Igual que ocurre con los insecticidas, conviene elegir un fungicida ecológico como el azufre (muy adecuado para combatir el oídio y el mildiu), el óxido de cobre (perfecto para los rosales) o la cola de caballo o equiseto (contiene una saponina que repele distintos tipos de hongos).

Un consejo: respeta siempre las dosis que recomiendan los fabricantes. Aunque sean ecológicos, un exceso de fungicidas puede resultar perjudicial.

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Cómo se aplican los productos

Existe una gran variedad de productos fitosanitarios para cuidar tus plantas y se encuentran disponibles en diferentes formatos y formas de aplicación. La mayoría de ellos se comercializan en líquido, como los insecticidas que se pulverizan sobre las plantas. Existen fungicidas en polvo que se espolvorean sobre las hojas y los tallos. En cuanto a los abonos y fertilizantes, los encuentras granulados para mezclar con el sustrato, en líquido para añadir al agua de riego, o en forma de bastoncillos que se clavan en la tierra (estos son adecuados para macetas).

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Especies que repelen a los insectos

Existen algunas especies vegetales que repelen de forma natural a los insectos. Sembrarlas en el jardín es una forma de protegerlo del ataque de las plagas. Las plantas aromáticas son efectivas para librarte de insectos indeseados. Por ejemplo, la menta y la albahaca repelen a moscas y mosquitos, y la lavanda aleja también a los pulgones. El romero es un perfecto repelente de todo tipo de insectos.

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