Tanto las frutas como las verduras en fresco corren el riesgo de oxidarse en poco tiempo, y más en el verano con el calor. En contacto con el aire, sobre todo si están cortadas, se deterioran rápidamente, adquieren un color amarronado y una textura arrugada y reblandecida. Pero hay algunos trucos para evitarlo y conseguir que su vida útil se alargue, toma buena nota de ellos, porque te van a venir bien para incorporar frutas y verduras a tus recetas veraniegas.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
¿Por qué se oxidan las frutas?
Hay una enzima que es, por un proceso químico, la que desencadena la oxidación de la fruta y verdura -se llama polifenol oxidasa o tirosinasa-. La piel y, también al cortarlas, la pulpa se expone al oxígeno del aire y hace que empiecen a adquirir un color marrón y una textura ligeramente arrugada, algo que igualmente sucede en piezas enteras que se golpean como plátanos, peras y manzanas.
Trucos para evitar que las frutas se oxiden
Hay varios trucos para evitar la oxidación en las frutas y conseguir luchar contra ese color marrón y esa textura arrugada. Depende mucho de la variedad, pero aquí tienes algunos consejos generales que te ayudarán en este propósito.
Utiliza agua fría
Una vez que peles la manzana o la pera (por ejemplo, cuando las vas a usar para un postre o para cualquier otra receta) y la cortes en rodajas o en trozos, introdúcelas en un bol con agua fría y pon papel de cocina encima para que no se queden en la superficie, durante 5 minutos. Con este truco conseguirás que no entren en contacto con el aire y, por tanto, no se pongan feas.
Si se trata de fresas, fresones y otros frutos rojos, guárdalos en la nevera, y siempre sin lavar y con sus tallos. Solo hay que pasarlas por agua fría en el momento en que vayan a consumirse, pues la humedad solo aceleraría su deterioro.
Agua y sal
Si disuelves un poco de sal en una taza de agua, esta mezcla la podrás echar también sobre frutas recién cortadas, añadir más agua y dejarlas en remojo durante unos minutos. Escúrrelas, enjuágalas con agua fresca, sécalas y conseguirás retrasar su oxidación.
Agua y miel
Si mezclas 2 cucharaditas de miel en una taza con agua y remojas la fruta pelada y troceada durante 1 minuto, evitarás que se ponga marrón de inmediato. La miel tiene un compuesto que frena a la enzima causante de la oxidación.
Zumo de cítricos o de piña y bebidas carbonatadas
El uso del zumo de limón es un clásico para luchar contra la oxidación en los frutos. El ácido cítrico ralentiza la reacción química y retrasa el ‘amarronamiento’ del producto. Hacen el mismo efecto los jugos de otros cítricos, así como el zumo de piña y las bebidas carbonatadas. Bastará con frotar la fruta con el elegido -aunque aportará algo de sabor- o mezclarlo con agua y sumergir la fruta en esa solución.
Bolsas de vacío o autocierre y papel film
Puedes conseguir el mismo efecto metiendo las frutas cortadas en bolsitas de vacío y congelarlas (enteras, cocinadas o crudas). Las pones en una capa en una de esas de autocierre cuidando que no entre nada de aire al cerrarlas, sellas bien y ¡listo! Igualmente, si las envuelves con papel film lograrás que se oxiden más tarde.
Papel plástico o de aluminio
Para conservar plátanos más tiempo, envuelve las puntas con film transparente o papel de aluminio, almacénalos en un lugar fresco y seco, y sepáralos de otras frutas. Si tienes sandía y melón cortados, tápalos con papel film bien pegados a la pulpa -mejor con sus semillas- y pueden durar 3-4 días en la nevera.