Esta hortaliza la consumimos durante todo el año, pero es en otoño y en invierno cuando la coliflor se encuentra en su mejor momento, con mayor sabor y una textura más firme. La comemos cocida, rebozada y frita, al horno gratinada... y hoy toca en forma de crema, ¡una de las formas más ricas y saludables de disfrutar de esta hortaliza de la familia del brócoli! Nos encanta su textura cremosa y ese toque de temporada que invitan a hundir la cuchara y rebañar el plato.
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Quizás su único inconveniente es el desagradable olor que puede desprender durante su cocción, pero ya te hemos contado cómo se puede solucionar. Es un vegetal con tantas propiedades saludables (aporta vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra, favorece la salud del aparato digestivo, ayuda a prevenir enfermedades crónicas, fortalece nuestro sistema inmunitario, es baja en calorías, etc), que te recomendamos incluir en tu dieta y disfrutar de la coliflor en sopas, ensaladas, guarniciones e, incluso, como base de pizza -ideal para quien no puede tomar gluten o simplemente apuesta por una elaboración más saludable-.
Ingredientes para hacer crema de coliflor
La coliflor es la base de esta crema a la que añadimos también cebolla, patata, caldo de verduras, aceite de oliva, sal y pimienta. Y si quieres darle un toque de aroma, añade tus especias y/o hierbas favoritas.
Cómo hacer crema de coliflor
Puedes cocer los ingredientes en el caldo hirviendo, y desde luego es una de las versiones más saludables que hay, pero te sugerimos, una vez pelados y troceados, rehogarlos previamente con un poco de aceite de oliva para potenciar el sabor de esta crema.
Con qué acompañar la crema de coliflor
Son varios los acompañamientos que podemos ponerle a esta crema. Puedes optar por cocinar unos láminas de coliflor a la plancha, hornear unos ramitos o rallarla en crudo para poner por encima, y también le quedan muy bien unos daditos de pan tostado, unas tiritas de jamón ibérico o un chorrito de aceite de oliva virgen extra.