QUÉ VER CERCA DE RUESTA
La vida de Ruesta la ha marcado el embalse de Yesa, cuya construcción cambió su rumbo. Alimentado por el río Aragón, se extiende a lo largo de 1900 hectáreas, así que se le conoce como 'el mar de los Pirineos', apto para darse un reconfortante baño durante los meses estivales. A un lado de las aguas azul turquesa de Yesa está Sigüés y su foz, un estrecho barranco creado por las aguas del Esca, por las que descendieron las almadías durante siglos, esas barcas hechas con troncos de pinos con las que se trasladaba la madera de los bosques del valle del Roncal.
Entre cañones, buitres y villas termales por tierras de Zaragoza
Y también están Escó y Tiermas, los otros dos pueblos que, junto con Ruesta, quedaron deshabitados cuando se construyó la presa y las aguas inundaron sus tierras de cultivo. El nombre de esta última evoca sus aguas termales ya conocidas por los romanos y luego por los peregrinos de la Edad Media y siglos posteriores. Su esplendor llegó a comienzos del XX. Por entonces, se construyó un gran hotel que llevaba el nombre de su huésped más ilustre, la infanta Isabel de Borbón y Borbón. De aquello solo quedan fotos y crónicas, así como las ruinas que quedan a la vista al bajar las aguas del embalse.