En parte, es mucha responsabilidad. A mí no me gusta sentirme como estandarte de nada. Creo que el trabajo habla por sí solo, el poder haber creado esta conversación. Llevo ya cinco años más o menos de tour por Estados Unidos y creo que hay un fan base muy fiel y muy sólido de gente que compra la merch, que va a los shows, que le cuenta a sus amigos de Girl Ultra, y poderlo exponenciar de esta manera, porque para mí un escenario, sea pequeño o sea de sea grande, es una nueva oportunidad, como de prueba y error. Es como un megáfono para lo que ya se ha estado haciendo.

Yo crecí y he vivido toda mi vida en la Ciudad de México, y cuando haces música hay estos como pequeños logros. No soy tan así, como de que necesito un Grammy, necesito estar en Coachella, pero cuando pasan, como que te agarran desprevenido y simplemente es una señal de que es el fruto del trabajo duro de todos los días.

Siempre ha sido muy especial tocar en la Ciudad de México, que es la ciudad que me vio nacer y crecer y en la cual vivo. Entonces, siento que tenemos como una relación amor-odio como todos la tenemos con nuestra ciudad. Siento que a veces la ciudad me quita, pero a veces me da. Y esta vez me dio de una manera muy extrema. Julieta, para mí, significa mucho que me tenga en mente para estas cosas. El año pasado que abrí sus teatros Metropolitan y ella ha expresado que le gusta mucho lo que hago. Yo crecí con su música. Poder tener abierta esta conversación ya más de amistad, tras bambalinas, de compartir música, preguntarle sus procesos en ciertos discos que son mis favoritos, es algo muy valioso para mí, súper valioso.

Yo tenía una banda antes con amigos de la preparatoria y estuvimos tocando, toureando en la Ciudad de México, en los peores clubes. Después, cuando decidimos separar la banda, yo sentía que no necesitaba ser Mariana. No puedo decir un alter ego, pero como un algo más, y se me ocurrió buscar un nombre como de superheroína y Girl Ultra me resonó mucho… Creo que he crecido con este nombre. Tal vez ya no estoy tan girl, pero no sé, como que siento que es algo divertido, como entrar-salir de esta personalidad, que sí es muy Mariana, ¿sabes? Es muy yo, pero es como un superpoder, yo lo veo así.

Creo que en general mis artistas favoritos, no solo hispanohablantes, son artistas que buscan la vanguardia y que aceptan tanto el cambio personal que se refleje en la música, en la estética y en la moda. Hablando de artistas, por ejemplo, mexicanas, para mí Eli Guerra es un artista que permitió eso, tener estas diferentes eras y transformarse sin miedo a nada. Igual Julieta. “Me gusta esta música pop sin pretensión, esta música pop que acompaña las etapas de ser mujer sin pretensión.

Me gusta Shakira, Pies Descalzos y Antología. En realidad tiene que existir eso, tienen que existir, yo ya los veo como medios de comunicación masiva. Es hasta macabro el nivel al que pueden mover masas estos proyectos. Creo que a mí me gusta más como lo que está sucediendo debajo, y más que en la superficie de la música. Obviamente, si sale una canción de Shakira, me encanta, pero me gusta ver de dónde viene, porque usualmente el pop es un reflejo de lo que está sucediendo en pequeñas escenas alrededor. Hablando así del pop, me encanta Charlie XCX, me encanta lo que hace e igual se permite cambiar y siempre trae la vanguardia, siempre es como punta de flecha. Caroline Polacheck me gusta mucho. Me gusta ese pop alternativo que termina en los charts, pero que a la vez tiene un factor diferenciador.

Creo que me he dado a la tarea, porque suena como una tarea, de divertirme. Creo que en todo este nuevo material, en Rimel y todo lo que viene en este álbum, es simplemente diversión, hablar de sexo y hablar de la noche y de cosas que una vive como mujer en México. Hablar de maquillaje y lo que significa para una ponerse el maquillaje, o que el maquillaje se escurra, como que está muy ligado a tu persona en la noche o a lo que haces. Y es eso, divertirme entrando y saliendo de mi feminidad y de mi libertad”, finalizó.