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La nueva Leonor impacta en su regreso a españa en otra inolvidable entrega de los Premios Princesa de Asturias

Vuelve a casa para las vacaciones de otoño y la Familia Real se reencuentra en Oviedo

Leonor volvió a casa con mucha fuerza y levantando una gran expectación. Solo había pasado un año desde su última visita a Oviedo, y cincuenta y dos días desde que se fue a estudiar fuera de España, pero parecía todo un mundo. A punto de cumplir dieciséis años (31 de octubre), la princesa dominó la escena como nunca en las celebraciones de los Premios Princesa de Asturias.

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El nuevo cambio está en sus rasgos, sus estilismos —juvenil, moderna, presumida, más sofisticada— y en sus tacones más altos, pero también, y mucho, en sus gestos y su actitud. La revolución de la heredera al trono ha comenzado. Es la nueva Leonor.

A su lado, los Reyes, su hermana y la Reina doña Sofía. Por primera vez, desde agosto, los cinco juntos para celebrar una nueva edición de los galardones. Otro día grande para la Familia Real, con todas las miradas puestas en la princesa.

Doña Letizia se puso las joyas de las Reinas de España y sorprendió con un diseño retro, la princesa fue la estrella con un vestido mini y altos tacones y Sofía, una infanta de cuento, con look de bailarina

La solemne gala volvió a convertir Oviedo en una fiesta… Todos un poco más cerca y con la mano en el corazón, el gesto que el Rey ha convertido en su seña. La vida empieza a parecerse a la que teníamos en 2019. El público asturiano volvió a salir a las calles; setecientas personas acudieron a la gala y la solemne ceremonia regresó al Teatro Campoamor, después de un año de paréntesis. Desde allí y con escenografía renovada, que incluyó cambio de alfombra, reposteros, asientos —ahora, azules, con la corona—, volvió a reivindicarse el talento creador, la ciencia, la cultura, la solidaridad y los valores para llamar a un futuro en común.

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Arriba, la Familia Real, a su llegada al teatro Campoamor, que volvió a acoger la ceremonia de entrega de los premios. Abajo, la Reina, con un vestido negro de tafetán y falda acampanada (The 2nd Skin Co.).

La familia ‘detrás’ de escena

La princesa Leonor volvía a ser la estrella, con un vestido de rombos mini y altos tacones, y Sofía, una infanta de cuento. Con catorce años, se atreve e innova con su look de bailarina. De la ropa a sus peinados. Tan distintas y tan unidas. Los gestos de cariño entre las inseparables hermanas no pasaron inadvertidos. Se las vio cogidas del brazo, agarradas de la mano, charlando al oído, buscándose continuamente y siempre cerca la una de la otra.

La princesa dijo que los jóvenes “tenemos mucho que aportar” y que “vuelvo pronto a mis estudios con el recuerdo de una entrega de premios que, una vez más, nos emociona y nos conmueve”
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Las dos hermanas, inseparables. Leonor, mucho más moderna, con un vestido de Bgo&me, estampado de rombos, cortado a la cadera y con bajo de volante. Y Sofía, con un conjunto de top negro de pedrería de la Reina y falda de tul de Psophía. La infanta se peinó con un moño de bailarina, que tanto gustan a su madre, y llevaba bailarinas negras de Carolina Herrera y una pulsera de plata.

Fueron los momentos íntimos los que dejaron ver a su llegada al hall del teatro con el Rey al frente, mientras Paloma Rocasolano los esperaba en el patio de butacas . Y era la primera imagen en familia desde el verano. Los cuatro, junto a la Reina doña Sofía, en una cita ineludible, llamando la atención la unión entre la abuela y sus nietas y lo pendiente que están las dos hermanas de ella, aunque, especialmente, la princesa Leonor. No es una pose. Doña Sofía le lanza un beso antes de dirigirse a su asiento y la princesa se apresura a despedirse de ella cariñosamente. También es la que busca su mirada en el palco —siguiendo el saludo del Rey a su madre— cuando llega al escenario al tiempo que la banda de gaitas de la ciudad de Oviedo tocaba el himno nacional y los invitados se ponían de pie para recibirlos con aplausos.

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Ya no era una niña la que hablaba, era una joven princesa más entregada y comprometida, más cargada de más responsabilidad y con mucha más confianza en sí misma. La revolución de la heredera al trono ha comenzado. Es la nueva Leonor. Nada más terminar el discurso (sobre estas líneas), el Rey apretó fuertemente la mano de su hija como muestra de cariño y orgullo y, después, la felicitó al oído mientras la Reina, con mirada también de amor y orgullo, no dejaba de aplaudir.

El cumpleaños de Leonor

La Reina Sofía no la había visto desde agosto y ya no habrá muchas oportunidades de estar juntas hasta Navidades. Aprovechando su viaje a Grecia para la boda de su sobrino, se quedará en Atenas para acudir a una exposición y no volverá a España hasta finales de octubre. Fecha en la que, tras celebrar su dieciséis cumpleaños, Leonor regresará a Gales para continuar con sus estudios de bachillerato internacional en el Atlantic College. Internado al que se ha adaptado muy bien, aunque, como reconocieron en un corrillo, echa de menos la comida. “Pero ¿dónde va a comer mejor que en España? ¡Es imposible!”, dijo el Rey.

Aseguró que conocer a los premiados la ha motivado más a formarse y estudiar y que echará mucho de menos Asturias, “a la que quiero tanto y donde mi hermana, Sofía, y yo nos sentimos siempre en nuestra casa”

Segundos después, Felipe VI tomaba la palabra para inaugurar la ceremonia. Turno entonces para los premiados: Marina Abramovic (artes); Gloria Steinem (comunicación y humanidades); Amartya Sen (ciencias sociales); Teresa Perales (deportes); Emmanuel Carrère (letras); Campaign for Female Education (cooperación internacional); Katalin Karikó, Drew Weissman, Philip Felgner, Ugur Sahin, Oezlem Tuereci, Derrick Rossi y Sarah Gilbert (investigación científica y técnica) y José Andrés y la ONG World Central Kitchen (concordia).

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La intervención de la princesa Leonor fue más institucional y madura acorde con su formación y aprendizaje en su camino al trono, en la que hizo una mención especial a “mi hermana, Sofía”, aquí, aplaudiendo a la princesa, y a su vínculo con Asturias.

… Y turno también para los discursos. Intervenciones inspiradoras y comprometidas, con el momento especial de Katalin Karikó, quien tomó la palabra en nombre de los todos los científicos que han desarrollado una vacuna contra la Covid en tiempo récord… Y la emoción de los galardonados españoles con sus discursos personales. Teresa Perales, animando a todos a perseguir los sueños con una sonrisa desde su silla de ruedas —de los sueños de niña a las veintisiete medallas olímpicas—, dedicando sus palabras a su madre, que siempre la animó a superar el miedo. Y el asturiano José Andrés pidiendo alimentar “al mundo de esperanza”. Al frente de su ONG World Central Kitchen, ha servido sesenta millones de comidas. Él es el chef de la esperanza en las grandes catástrofes. Entre ellas, la de La Palma, la isla en la que sigue repartiendo comidas y a la que ha donado su premio en nombre también de su mujer, Patricia, con la cantidad duplicada: cien mil euros.

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La princesa Leonor, que comunica muy bien, volvió a superar las expectativas con un brillante discurso de tres minutos. La solemne gala volvió a convertir Oviedo en una fiesta… Setecientas personas (abajo) acudieron a la gala y la solemne ceremonia regresó al Teatro Campoamor después de un año de paréntesis. Al lado, los premiados, siguiendo el discurso de la princesa de Asturias

La princesa toma la palabra

Llegado su momento, Leonor de Borbón ya no buscó la mirada de los Reyes cuando salió al escenario ni cuando tomó la palabra, aunque Felipe VI, segundos antes de ‘llamarla’ al estrado, le habló al oído. Las últimas palabras y la mirada tranquilizadora del Rey antes de dar su séptimo discurso. Otra lección de madurez y serenidad. Una intervención de tres minutos que llevaba muy preparada, aunque acababa de regresar a España adelantado un día las vacaciones de otoño. Ya no era una niña la que hablaba, era una joven princesa más entregada y comprometida, más cargada de más responsabilidad y con mucha más confianza en sí misma.

La princesa Leonor cumple dieciséis años el 31 de octubre y podrá celebrarlo con su familia en la Zarzuela antes de volver a su colegio de Gales

Leonor habló de la alegría que sentía al volver a Oviedo, y de “lo mucho que podemos aprender de vosotros. […] Nuestros premiados son guía imprescindible para todos nosotros”. Y, seguidamente, acercándose un poco a los discursos del Rey, rindió homenaje a los premiados por primera vez con una breve ‘laudatio’: “Os felicito a todos y os admiro”.

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Arriba, laprincesa Leonor, ‘buscando’ la mirada de aprobación del Rey tras finalizar su discurso. Al lado, la Reina doña Sofía, aplaudiendo a su nieta muy emocionada. Llevaba un vestido-abrigo con flores multicolor, collar de perlas y su colección de pulseras con amuletos griegos. Abajo, a la izquierda, Paloma Rocasolano, con chaqueta blanca; al lado, la imagen de algunos de los galardonados con el Premio Princesa de Asturias.

Si en la pasada edición pidió responsabilidad a su generación durante la crisis sanitaria, en esta última, aprovechó su discurso para guiar su mirada hacia la labor de los galardonados y defender el papel de su generación: “Proyectáis sobre nosotros, sobre los más jóvenes, la certeza de que también tenemos mucho que aportar, que podemos ser importantes y mostrarnos responsables para tratar de pensar en un futuro más sostenible, más justo, mejor para todos”.

Bajo la mirada orgullosa y emocionada de sus padres y de su hermana, Leonor aseguró que conocer sus vidas, “estudiar y observar vuestra obra” es algo que la ha motivado más en su tarea de formarse y estudiar… “Me ilusiona y me llena de fuerza para seguir asumiendo mis responsabilidades y trabajar siempre con el mayor compromiso. […] Vuelvo pronto a mis estudios con el recuerdo de una nueva entrega de premios que, una vez más, nos emociona y nos conmueve. Y echaré mucho de menos esta tierra, Asturias, a la que quiero tanto y donde mi hermana, Sofía, y yo nos sentimos siempre en nuestra casa”.

El Rey pidió la vacuna de la Covid para todo el planeta y recordó a los ciudadanos de La Palma. “Nos han pedido que no los olvidemos y, junto a todos los españoles, así será; no los olvidaremos”
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Arriba, el Rey, durante el discurso, que fue interrumpido tres veces con aplausos. Abajo, el emocionado chef asturiano, José Andrés (Premio Princesa de Asturias de la concordia 2021, junto a la ONG World Central Kitchen (WCK). Es uno de los cocineros más famosos de España y está reconocido internacionalmente su gran labor humanitaria.

A continuación, el Rey inició su intervención recordando a las víctimas de la pandemia y pidiendo extraer una lección camino de aquel tiempo en el que “podíamos abrazarnos”. Seguidamente, dirigió un mensaje de solidaridad y ánimo a los habitantes de La Palma . “Muchos de ellos lo han perdido todo. […] Nos han pedido que no los olvidemos y, junto a todos los españoles, así será; no les olvidaremos”. Felipe VI —su discurso fue interrumpido tres veces con aplausos— elogió también el papel de la ciencia, reivindicó la vacuna de la Covid para todo el planeta y la lucha por los derechos de las mujeres. Solicitó la unidad ante la “fragilidad de los valores democráticos” y animó a tener la confianza en la fuerza y el coraje de todos para superar los difíciles retos.

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La princesa Leonor, haciendo entrega del galardón a Teresa Perales (Premio Princesa de Asturias de los deportes), quien se ha convertido en un ejemplo de superación para millones de personas con discapacidad y en máxima referencia del deporte paralímpico.

La Reina y el paraguas

Finalmente, el Rey convocaba los Premios Princesa de Asturias 2022. Misión cumplida. Emoción y orgullo. Himno de Asturias y ‘El Xarreru’… Los galardones seguían su camino, mientras las escenas de cariño entre doña Sofía y sus nietas volvían a repetirse antes de salir del teatro. En la calle, los esperaba la lluvia y una anécdota: doña Letizia, con un vestido de tafetán negro de aire retro y las joyas de pasar de las Reinas de España, empuñando el paraguas para dar cobijo a Felipe VI.

La infanta Sofía recibió una emocionante sorpresa —le dedicaron un mirador en el Pueblo Ejemplar 2021— y el Rey dijo: “Venir aquí, si no es tocar el cielo, mucho se le parece”

Un último paso antes de una nueva recepción con la que cerrarían su estancia en Oviedo poniendo rumbo al día siguiente hacia el parque natural de Somiedo, donde la princesa hizo entrega del premio Pueblo Ejemplar 2021 a Santa María del Puerto, que celebró su día más grande haciendo gala de tradiciones como la trashumancia y de su cultura vaqueira.

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Arriba, la Reina, empuñando el paraguas a la salida del teatro Campoamor para dar cobijo a Felipe VI, lo que permitió ver sus brazos musculados una vez más. Abajo, las empresarias Alicia Koplowitz (de blanco) y su sobrina, Esther Alcocer (de azul), con dos estilismos diferentes.

El Mirador de Sofía

Los Reyes y sus hijas no dejaron un rincón por descubrir, recibieron regalos, escucharon una vaqueirada, visitaron la iglesia y pasearon por los alrededores de la aldea, disfrutando de las vistas… Y, por supuesto, de la sorpresa: el mirador de Santa María del Puerto dedicado a la infanta que la dejó sin palabras. Ni los Reyes lo sabían y fue emocionante para todos, especialmente para Sofía, que recibió un abrazo de orgullo y satisfacción de su padre y volvió a estar muy presente en el discurso de su hermana. Una intervención con la que Leonor renovó su compromiso con el medioambiente y los jóvenes que trabajan en la Asturias milenaria. “Merece la pena seguir trabajando para que se revitalicen los pueblos y se cuide su potencial”, señaló, en la misma sintonía que Felipe VI, quien también reconoció la labor de los vaqueiros y de los jóvenes ganaderos. “Venir aquí en un día como hoy, si no es tocar el cielo, mucho se le parece”, dijo el Rey alabando la belleza de Santa María del Puerto y echando la vista atrás para recordar la primera vez que visitó Somiedo junto a doña Letizia en una fecha muy especial. Fue en 2004 y “hacía poco que nos habíamos casado”.

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©Casa de S.M. el Rey/ EFE
Arriba, Felipe VI, durante su discurso. El Rey recordó la primera vez que visitó Somiedo junto a doña Letizia, en 2004: “Hacía poco que nos habíamos casado”. A la derecha, Leonor, tomando la palabra antes de entregar el premio Pueblo Ejemplar a la aldea de Santa María del Puerto, en el concejo de Somiedo. La Reina y sus hijas apostaron por la ropa cómoda, gabardina, cazadora y abrigo, y vaqueros de diferentes líneas y colores. Por primera vez, se peinaron las tres igual con tres coletas altas



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