Si a la abogada australiana Mary Donaldson le dicen hace 25 años que va a celebrar su 52º cumpleaños como reina de Dinamarca probablemente no se lo creería. Sin embargo se enamoró de un príncipe heredero en los Juegos Olímpicos de Sidney de 2000 y el resto ya es historia.
Después de varios romances frustrados, Federico de Dinamarca encontró en Mary a la mujer con la que compartir su destino, ese al que a menudo parecía resistirse. El debate sobre si era la adecuada o no estaba servido en el país nórdico, pero ella a base de no dar un paso en falso en más de 20 años se ganó la confianza de los ciudadanos y, sobre todo, de la reina Margarita