Es en las madres en quienes ha recaído, tradicionalmente, toda la responsabilidad de la crianza en Japón. Hasta que sus hijos cumplen los 3 años de edad, son ellas quienes los cuidan a tiempo completo, lo que implica tener que relegar su vida profesional (por mucho que las medidas de conciliación en el país sean de las más avanzadas del mundo). Ya sabemos que en el país del sol naciente el peso de la tradición es enorme, por lo que modificar un estilo de vida tan arraigado no es tarea fácil.
Por eso surgió la figura del ikumen, la del padre entregado a la crianza de sus hijos. Y fueron los hombres quienes la idearon y quienes acuñaron el término en el año 2006. Unos cuantos padres de familia decidieron que esto debía cambiar, que también ellos querían dedicarse a cuidar de sus hijos y estrechar lazos familiares. Llegaron mucho más lejos de lo que seguramente ellos mismos imaginaron.