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El padre protector y organizado
Como ya hemos visto, durante esta etapa la madre es mucho más vulnerable y necesita de una mayor protección e intimidad. Por eso, aunque te parece un aspecto sin importancia, como nos confirma Ballestero el padre es vital: “El padre puede ayudar siendo consciente de la importancia que tiene la lactancia materna. Si la madre está agotada del desgaste físico, moral y emocional que supone el parto, el padre puede ayudar a filtrar las previsibles visitas para preservar el descanso, la intimidad y el vínculo de la madre y el hijo. Esto es todavía más importante si el parto ha sido mediante cesárea u otra intervención”. Así:
1. Si hay otros niños mayores en casa, tomando las riendas de sus cuidados. Esto no significa que la madre deba olvidarse de ellos por completo, pero sí que es cierto que un bebé necesita más de su parte. Por eso, el padre puede hacerse cargo, prestarles a ellos una mayor atención y evitar así que aparezcan los temidos celos.
2. Si llegan visitas, sobre todo durante los primeros días, gestionar que solo sean de familiares y amigos cercanos, siendo barrera de todas aquellas que no hagan que la madre se sienta cómoda y tranquila en su propia casa y en estos primeros momentos.