En Die, My Love, Jennifer Lawrence interpreta a Grace, una joven escritora que se traslada con su pareja a un entorno rural buscando empezar de cero. Lo que parece una vida idílica —intimidad y pasión, campo abierto, música a todo volumen— se convierte en una espiral silenciosa de frustración y encierro tras el nacimiento de su primer hijo.
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Aunque la película, recién presentada en el Festival de Cannes 2025, se sitúe en un escenario casi onírico, lo que retrata —el colapso emocional de una mujer que acaba de ser madre— tiene poco de fantasía y mucho de realidad.
El cambio radical de vida y la responsabilidad de criar y sacar adelante a un recién nacido puede resultar una experiencia intensa, abrumadora y, en muchos casos, altamente estresante
Ser madre, puede ser tan bonito como brutalmente difícil. Queda claro en sus escenas, donde esa rutina maternal no es la única raíz del malestar de la protagonista, pero también en muchos de los relatos que llevan años saliendo a la luz en redes sociales, destapando un tabú del que antes apenas se hablaba.
Romanticismo vs. realidad
La maternidad puede ser abrumadora desde el minuto uno. Muchas mujeres creen que el amor maternal es inmediato, absoluto, pero ese vínculo puede no aparecer de forma automática. Lejos de las expectativas idealizadas, muchas se enfrentan a un torbellino emocional y físico tras dar a luz.
“El cambio radical de vida y la responsabilidad de criar y sacar adelante a un recién nacido puede resultar una experiencia intensa, abrumadora y en muchos casos, altamente estresante", comenta la psicóloga y terapeuta individual, de pareja y de familia, Elena Tobaruela Villarejo.
Los días y las noches con un recién nacido son un ejercicio extremo de resistencia y adaptación: "Te saca totalmente de tus rutinas de vida habituales, y eso puede generar niveles altos de cortisol y confusión. Además, también puedes sentirte saturada al verte invadida en un solo rol tan absorbente como el de madre, lo cual puede derivar en experimentar síntomas ansiosos y depresivos, así como alteración de la propia identidad".
La mujer que eras parece pasar a un segundo plano, reemplazada por una nueva versión que ni tú misma reconoces.
Hay emociones difíciles de asimilar, y una de las más recurrentes es la de sentirse disociada de la vida que tenías hasta entonces, y comenzar a sentirse solamente madre, así como sentir que, a ojos de los demás, muchas veces también.
Desconexión emocional: el vínculo que tarda en llegar
La desconexión emocional con el bebé no es una rareza, ni un fallo personal. A veces sucede que, aunque deberíamos estar felices de haber dado vida a una nueva persona, lo cierto es que nos sentimos muy lejanos a ella. “Puede pasar por una mala experiencia de parto, una lactancia dificultosa o un temperamento altamente demandante por parte del bebé". Antes de conectar con el bebé, puede ser necesario darse un tiempo para conocer sus llantos, y entender aún sus señales.
Nos bombardean con frases como “ser madre es lo mejor que te va a pasar” o “conocerás a tu hijo mejor que nadie”, pero esas afirmaciones pueden ser una trampa emocional, como cuenta la experta: "Esas creencias también condicionan y aportan una visión poco realista del posparto y de la crianza los primeros años".
Qué es la matrescencia
La neurociencia tiene un nombre para toda esta transformación: matrescencia. "El cerebro te prepara para que una criatura totalmente dependiente salga adelante a tu costa, porque tu sistema nervioso va a estar en alerta mucho tiempo para que ese bebé sobreviva, hasta que conozcas sus llantos, sus necesidades, sus ritmos", explica la psicóloga.
Es una revolución hormonal, emocional y física. "Todo esto sumado a que el sueño del bebé los primeros meses es bastante inestable y su estómago es pequeño e inmaduro, con lo cual su propia supervivencia requiere muchísimo de ti, de tu tiempo, del calor de tu cuerpo, de tu cariño, paciencia y energía", comenta la especialista.
Crisis de pareja: del amor al desencuentro
Uno de los aspectos que han llevado a Die, My Love a estar en boca de todo el mundo es también las consecuencias que tiene el estado de salud mental de Grace en su entorno. Más allá de ser ella la primera afectada, lo cierto es que quienes la rodean (desde del bebé, hasta su pareja) sufren con ella. De hecho, uno de los más afectados siempre es la pareja y, por consecuencia, la relación.
Las crisis en pareja tras ser padres son frecuentes. Y es que si, lo pensamos, los roles cambian y todo pasa a ser novedad: "Se pasa de vida de dos adultos independientes a funcionar como familia", comenta Elena Tobaruela.
El deseo se enfría, las prioridades cambian, y el romance se ve desplazado por las rutinas del cuidado.
Volver al trabajo, mantener amistades, conservar espacios propios: todo se pone en pausa. Y reconstruir ese equilibrio lleva tiempo, consciencia y apoyo.
Cómo ayudar a una persona con depresión posparto
La maternidad no ocurre en el vacío. El entorno juega un papel clave, especialmente cuando la madre atraviesa un posparto difícil o una depresión. Para apoyar y tratar de que la madre se sienta mejor, existen varias pautas a seguir que explica la psicóloga:
- Comprensión. “No olvidemos que además de los grandes cambios en sus rutinas y nuevas necesidades del bebé, la persona que está atravesando un posparto se encuentra también profundamente influida por potentes cambios hormonales que también potencian su labilidad emocional y la hacen sentir en una auténtica montaña rusa".
- Acompañamiento. “Se dice que para criar a un hijo es necesaria una tribu, y es más que cierto. Cada persona de su debe ofrecer también apoyo logístico. Su misión es criar al bebé mientras, pero la del entorno es sostenerle para que pueda afrontar este reto con la mayor facilidad posible".
- Paciencia. “A la pareja le recomendaría mucha paciencia, escucha y tolerancia, para que esa mamá pueda expresar abiertamente y sin juicios cómo se siente y qué necesita, así que también debe ejercer un fuerte apoyo, cuidado del bebé y diálogo para ir paulatinamente encontrando un equilibrio como familia”, detalla, hablando también del papel de las amistades en este ámbito: "Les diría que no exigieran que volviera inmediatamente a la vida social de antes y que se mostraran presentes y disponibles".
- Poner límites. “El resto de la familia debe evitar consejos inapropiados de crianza, ser respetuosos con los tiempos que los padres establecen, y también que evitaran generar más miedos a la reciente madre".
La depresión posparto, así como las disociaciones de identidad o cualquier otro malestar que pueda surgir a raíz del nacimiento del bebé son muy habituales. Traer a una persona al mundo, como la propia actriz de la película ha señalado en la rueda de prensa de la película en Cannes, es uno de los acontecimientos más bonitos que pueden pasar en la vida, sin embargo, no siempre resulta fácil, y gestionar los cambios sin herramientas puede ser muy arduo.
Tan necesario es normalizar las emociones y los sentimientos que puedan surgir a raíz de ello, como también tratar de desvincularse de la culpa por sentirlos. “A las madres con depresión les diría que no se avergüencen ni castiguen por sentirse así, y que tengan mucho amor por ellas mismas, que acojan todas sus emociones y que busquen ayuda profesional si esta depresión no termina con el paso del tiempo. El vínculo con el bebé y la adaptación a la nueva vida llegará", concluye Elena Tobaruela.